Juan Ramón Jiménez busca en CITAR el secreto del centro del Toreo
Dijo el poeta de Moguer que la libertad consiste en tomar de la vida lo que nos parece mejor para mí y para
todos; y en darlo con mi vida. El nobel no era torero pero expresa con
precisión en las que anda el novillero de Huelva Juan Ramón Jiménez
La vida en Citar empieza cuando,
en el mundo irreal de las calles de pueblos y ciudades, hay chavales que rompen
contra el suelo los últimos legendarios de su juventud tras vaciar el último
trago del botellón. Las turbias seis y media de la fría mañana en la meseta ven
despertar en sueños de luces a un grupo de jóvenes de aquí y de allá.
Poco más que niños para los que
somos padres, mucho más que hombres, para los que no somos capaces de luchar
por los sueños.
El maestro Encabo ejerce de
Sargento de Hierro, la física es innegociable. Si nieva, con nieve, si ventea,
con el chándal rígido por la escarcha de la rociada. Hasta las ocho dura el
esfuerzo placentero de quemar calorías y fortalecer el cuerpo y el espíritu.
Luego a las nueve, el instituto,
la vida normal de un internado, con su profesores (estos ya no son maestros),
sus compañeros de pupitre, que nunca tendrán que salvarles la vida en un quite
de riesgo y con quien nunca tendrán que jugársela en la puerta de los miedos o
sortear en la mañana el triunfo o la muerte.
Tras las clases, vuelta a CITAR,
comida y a estudiar (menos de lo que debemos nos dicen los chavales)
A las cinco, la cinco en todos los
relojes de la ilusión, a torear, a vivir en torero, a sentirse delante del
carretón, a hacerse toros de triunfo y lentitud infinita, expresión corporal,
corregir el detalle, enseñar a andar en torero, a torear en torero, a pensar en
torero, pero sobre todo a vivir en torero, porque lo de soñar en torero lo traen aprendido todos desde casa.
La dureza la marca la resistencia
al esfuerzo, al triunfo, a la distancia, a la morriña, al dolor, a la soledad
íntima. Nueve hombres empezaron, tres siguen a machamartillo, aprendiendo a ser
yunque.
Cuatro horas al día, donde si no
prevalece la ilusión nace el tedio y la rutina. En CITAR un preparador mental
cuida y ayuda a preparar técnicas de concentración, a establecer metas, a controlar
y educar los sentimientos, las emociones,
a dominar los pensamientos.
El maestro Juli ejerce de mecenas
de los sueños ajenos que fueron propios, en aquella escuela donde sus sueños
tomaron forma se leía que “ser torero es difícil, ser figura… un milagro” por
eso aquí se prioriza formar personas, enseñar las formas, el respeto, el amor a
una forma de vivir, educar corazones toreros y aspirar a formar buenos
aficionados, gentes del toro. Luego, si uno puede un día decir que es novillero,
que es torero, que lo diga haciendo pesar las palabras en la boca, pasando por
el alma y valorando el sentido grande de las silabas.
Son las nueve, se cena, se habla
con casa por Skype para verse el alma a
través de la cara, suena el toque de retreta y al catre.
Aquí anda Juan Ramón, se mete entre las sabanas
frías de la soledad, entre las mantas suaves de los sueños que toman forma y el
poeta homónimo le recita en andaluz culto y tierno
Torero
Vienen por ti, de lejos
-como los Reyes Magos
al nacimiento eterno
de nuestro arte-,
vienen por ti, de lejos,
a traerme, en tu ensueño,
el secreto del centro
del toreo.
-como los Reyes Magos
al nacimiento eterno
de nuestro arte-,
vienen por ti, de lejos,
a traerme, en tu ensueño,
el secreto del centro
del toreo.
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