Plaza de toros de
Algeciras (Cádiz). Media plaza en tarde agradable. Toros de Gavira. justos de
presencia, manseando y sin fondo de bravura.
Juan José
Padilla (vino tinto y oro):
ovación tras dos avisos y oreja.
El Fandi (azul rey y oro): ovación y oreja tras aviso.
Salvador Vega (verde manzana y oro): oreja y silencio.
La corrida de hoy tiene muchos
matices legionarios, toreros de la lucha, cada uno en la suya pero todos prestos
al grito de ¡A mi el toro! Que no venga ningún guasa a decir lo que yo no he
dicho, no se echó como toro bravo la cabra de la legión. si la corrida embiste
como su tipo hacía presumir estaríamos hablando de una gran tarde de toros.
Como en esos sábados legionarios de mi infancia castrense en Ceuta o Ronda, el
enemigo era de pega, pues eso ha sucedió hoy, falta de bravura en los de
Gavira. El credo legionario de estos hombres, su fe en sus posibilidades y un
público que los sigue con interés hacen de la tarde (tres horas) una tarde en
que otra vez han demostrado que todo los toreros del escalafón son bravos, pero que eso hay
que demostrarlo cada tarde, Hoy lo han demostrado
En esos sábados
legionarios era normal el alarde
de fuerzas, hoy Padilla ha demostrado su oficio y sus ganas, fundamentalmente
ante el cuarto de la tarde, un toro complicado al que logró desengañar hasta
cuajarlo, incluso en dos serie de mucho sabor por poderosas y largas. Ante el
primero se desesperó por la falta de acometividad del de Gavira, llegando a
incitarlo a embestir tirándole una patada al hocico. Luego no estuvo acertado
con la espada ante la poca fijeza del toro.
Al primero lo entendió bien en banderillas, sin embargo al complicado ccuarto
no quiso parearlo.
Fandi no engaña a nadie, es un legionario al uso, siempre
dispuesto a la lucha, un honrado soldado que no busca los galones pero que no rehúye
la pelea nunca. Es admirable comprobar como, justo detrás de quien les habla un
padre y su hijo preadolescente habían pagado 164 euros sólo por ver a Fandi, y
como el chico sonreía al ver que todo lo que ve en la tele es real. Banderillas
diversas y corriendo hacia atrás, parar al toro con la mano (el chaval pedía
que pusiera rehiletes “hasta que estuviese lleno el toro”) , capote variado y
muleta fácil. La poca combatividad de sus enemigos y el mal manejo de la espada
impidieron mayor repercusión del triunfo.
Salvador Vega es un torero que ha rozado la gloria de ser
figura, lo tiene todo, planta de torero, ganas de triunfo, maneras de gusto,
valor para quedarse… luego hay inmesuradas cosas que impiden que este ahí. Hoy
ha vuelto a dejar sabor de torero caro, cpaote bien mecido en ambos toros, esas
vueltas blancas de lo distinto, muleta poderosa y con buen son. Series con la
distancia y los terrenos acertados siempre, sentido de la faena con inicio, nudo
y desenlace y ahí, en la espada del segundo, perdió la posibilidad de salir
otra vez por la puerta grande de esta, su plaza.
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