miércoles, 5 de junio de 2013

Salomé Pavón Ortega. APELLIDOS REALES.


Si la sangre de la realeza es azul, en Salomé Pavón Ortega, podemos encontrar los pigmentos más puros que dinastía regia pueda soñar. La genealogía de arte y toreo que forma su familia, se remonta al siglo XIX, pasando por los anales de la historia con destacadísimos nombres, como los de Tomas Pavón y Pastora Pavón la Niña de los Peines (asombrosos cantores),  Gabriela Ortega Feria (bailaora y madre de los Gallos), Rafael y Joselito el Gallo ( magia y cátedra del toreo) Manuel Ortega Fernández Caracol el del Bulto (bisabuelo de Salomé y mozo de estoques de su primo Joselito), su abuelo Manolo Caracol (hijo de Caracol el del Bulto y uno de los cantaores más importantes que ha dado el flamenco), su padre Arturo Pavón (fabuloso pianista que introdujo el quejío flamenco en las teclas), o su madre, Luisa Ortega, cantaora de solera.
Salomé, es una persona afable, sencilla, disfruta hablando de su familia y se siente muy orgullosa de ellos. En estos momentos se encuentra inmersa en los ensayos del magnífico Recital Flamenco, que ofrecerá el próximo 10 de julio en el Teatro Cajasol de Sevilla, un verdadero acontecimiento que nadie se puede perder, porque artistas como estos, son los que verdaderamente le dan la identidad a un pueblo.  


-¿Como es la niñez en el seno de una familia con tanto señorío artístico?
-Una niñez preciosa, una niñez llena de sentimiento y llena de vivencias, en mi casa lo que yo he vivido sólo ha sido arte, mucho cante mucho baile y mucho toreo. Es lo que he vivido desde pequeña, y así comprendo la vida, con mucho arte.


-¿Dos apellidos dinásticos como Pavón y Ortega, como marcan la vida del que los lleva?
-Marcan en el sentido que desde que naces, ya lo escuchas desde pequeña. En mi caso ayuda mucho. Nadie nace sabiendo, yo aprendí con mi padre, el músico Arturo Pavón. Es mucho más fácil todo, y más difícil a la hora de presentarse ante público porque te exige más.

-¿Un recuerdo o una anécdota de la Niña de los Peines?
-Yo la verdad es que era muy pequeña, pero la recuerdo. Poco antes de morir,  yo fui con mi padre a verla a su casa, y ella se emocionó mucho porque mi padre era su ojito derecho, y al ponerse a llorar, cogió mi padre y le dio un pañuelo. Yo entonces nada más estaba pendiente de que ella no se fuera a quedar con el pañuelo de mi padre, y se percató y dijo “esta niña es muy pesada, esta niña va a ser cantaora”, no sé porque lo dijo, pero me acuerdo de verdad.

-¿Un recuerdo o una anécdota de Manolo Caracol?
-Evidentemente conviví mas con él, cuando murió yo tenía 6 años. Una cosa muy bonita es que él vivía para su familia. Yo recuerdo que una vez me caí y me hice daño en una rodilla y para que dejara de llorar me cantó, y eso todavía lo tengo en el alma.

-¿Cómo influye tanta personalidad artística, para desarrollar uno la propia?
-Influye en un sentido bueno, ya que todo lo que ha habido en mi familia, han sido buenos cantaores, buenos toreros y buenos músicos. Y eso te exige a ti mismo mucho más, también el público te exige más, evidentemente yo no soy ninguno de ellos, ojalá lo fuera, pero te comparan y entonces una misma se exige mucho más.

-¿Cómo van los ensayos del recital del próximo 10 de julio?
-Los ensayos van estupendamente, el director artístico Romero y yo estamos haciendo cosas muy bonitas, porque cuando estás rodeado de artistas, los músicos, el coro, los diez o doce artistas, no paran de surgir nuevas ideas. La verdad es que está resultando muy emocionante, porque estamos haciendo temas de mi madre, de mi padre, de mi abuelo, de la Niña de los Peines y de mi tío Tomás Pavón. Yo llego todos los días a mi casa con una ilusión tremenda, mucha emoción.

-¿Qué sabe de su bisabuelo Manuel Ortega Fernández?
-Ohhhh!!! Tenía una gracia…. Eso era…. No lo conocí por desgracia, pero era el hombre con más gracia. En el mundo del toro lo adoraban, los toreros, los apoderados. Muchas veces lo picaban para que se enfadara, porque era un hombre con una gracia tremenda y con un sentido de ver la vida especial. Era un ser especial.

-¿Por qué le llamaban Caracol el del bulto?
-Porque tenía un bulto en el cuello, que evidentemente con los años le fue creciendo, y no se lo quitaba porque le daba miedo y porque decía que eso era suyo, que era su piel y su carne. Era tremendo.

-A su abuelo Manolo Caracol le preguntaron en una entrevista, ¿A quién defendería en el juicio universal? Y Contestó a Cagancho y ¿usted a que torero defendería?
-Me lo pones ahora mismo muy difícil, hay tantos… pero como gustarme de verdad, con locura y hacerme llorar, a Julio Aparicio hijo. Yo te puedo decir que he llorado dos veces en la plaza viéndolo, me encantan todos, me gusta el toreo de arte, pero la manera de Julio Aparicio, el desmayo, me encanta.

-¿Qué le parece la prohibición de las corridas de toros en Cataluña?
-Pues me parece penoso porque, entiendo que la gente no quiera ver sufrir a un animal, por supuesto nadie quiere ver sufrir a nadie, pero que la gente entienda que el primero que sufre con la muerte del toro es el torero. Si el toreo se extinguen los toros desaparecen, ¿Cómo viviría un toro? ¿Quién se haría cargo de alimentación de un toro?, el toro desaparecería. Si hablamos de sufrimiento, tampoco comeríamos un filete, ni pollo, o no comeríamos pescado. Que lo piensen, el toro desaparecería si no existiera la fiesta de los toros.

Por José Luis cantos Torres


No hay comentarios:

Haciendo hilo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...