Álvaro Acevedo sobre los carteles de Colombinas 2013
Se nota cuando un empresario vive de la taquilla, y no del trapicheo y del intercambio. Cuando antepone el interés del público a las comisiones que se va a llevar de sus toreros, que si no son figuras, se convierten en auténticos operarios del patrón. Unos toreros que reducen su dignidad, si acaso, a los 20 minutos de enfrentamiento con el toro.
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