De las mil formas de ser vanidoso

No siempre se maneja el lenguaje con propiedad. A veces me extravío por los recovecos del castellano y en ocasiones por mor del respeto, otras del miedo, alguna que otra vez es la amistad, otras la enemistad, en fin que me confunden y cometo errores, alguna ocasión por exceso y otras por defecto, el resultado es que no atino con las palabras oportunas.

El otro día firmé en este ambitotoros un artículito pergeñado a vuelapluma, sobre los ya confirmados carteles de la sevillana feria de Abril, donde hablaba de vanidades de diverso estilo, en diverso grado, con distintas acepciones, salpicadas de matices, adornadas con guasa, aderezadas con un poquito de cariño a los míos y como siempre sin animus injuriandi, bueno... sin demasiado animus injuriandi, para ser honesto.

Paco Mateos lo colgó en Sevilla Taurina, una página que a lo que se ve tiene predicamento y es leída por numerosos internautas y gentes del toro, no como este pequeño engendro donde vuelco mis ideas a ratos muertos y que leéis cuatro amigos que me queréis bien y tres enemigos que me respetáis a vuestro pesar.

El caso es que ha levantado alguna ampolla y quiero aclarar algún término. Partiendo de que soy consciente de lo poco feliz que anduve el otro día en el uso del termino vanidad.

Me voy al DRAE, un amigo íntimo y más cómodo que nunca con la red de redes, y busco.

Vanidad y la veo relacionada con arrogancia, presunción, envanecimiento, ilusión o ficción de la fantasía, falto de realidad, hueco, vacío y falto de solidez, inútil, infructuoso o sin efecto, arrogante presuntuoso, envanecido, subsistente, poco durable o estable, altanero, soberbio. valiente, alentado, brioso. gallardo, airoso....

Precioso el idioma de los toros, el español claro, cuanto matiz en una misma raíz semántica.

Y ahora, con los carteles en la calle, enterados de secretos que ignorábamos, y para aclarar conceptos, recalifico tres actitudes de las calificadas el pasado viernes.

Don Álvaro Núñez del Cuvillo Benjumea me hace llegar que el no tiene vanidad, al menos en esta ocasión, simplemente no ha podido poner precio a sus toros por que la empresa no lo ha llamado. Hay quien ha oído de parte de la empresa que va a estar castigado cinco años, después de oír hoy lo que nos cuentan que han dicho los apoderados de Pages " No hablamos de Núñez del Cuvillo por que no nos pagan para hacerle publicidad" y, viendo la exquisitez y señorío con que Álvaro abordó el articulito de marras en nuestra breve conversación telefónica, me atrevo a decir que desde El Grullo se puede oír aquello del Cid al rey fratricida, "tu me destierras por uno yo me destierro por cuatro" si multiplican, el resultado es que sólo un nieto de José Tomás podrá matar Cuvillos en Sevilla. Atendiendo al DRAE la actitud de Pages sería soberbia y la de Alvaro Gallarda.

Para describir la postura de José Tomás, no me parece mal adjetivo Arrogante. Si no desmienten o matizan la oferta del Domingo de Resurrección con Ponce, habría que pensar en que tanto Boix como JT son susceptibles de ser tildados de vanidosos. El asunto de elegir Núñez del Cuvillo en Sevilla parece un intento infructuoso, Todo muy relacionado con mandar en el toro.

La actitud de Perera podríamos definirla como valiente, hasta que rechaza cuatro tardes, supongo que una en San Miguel, en que podría pasar a calificarse de insubsistente.

Lo de Salvador es una pena, pero las carreras mal llevadas tienen estas consecuencias, jamás tanto dió para tan poco. Reiteramos su dignidad pero es inutil, es hueco y falto de solidez protestar después de firmar. No puede llorar como un niño lo que no ha sabido gestionar como un hombre. De desastre, supongamos que ahora pega un petardo las dos tardes, se acabó Cortés. Pensemos, y deseamos que así sea, que logra un triunfo sonado, si hay huecos en la feria no serán para él, ya vemos como las gasta la empresa, el año próximo se acordaran de la cartita. Si no pasa nada, más de "se acabó Cortés".

Seguiremos recalificando, sustantivos que no terrenos, que no está el toro para florituras.