Gran corrida de Acosta.
Pérez Mota cuatro orejas y un rabo Pedrito tres orejas
Ficha.
Incidencias: tarde con amenaza de lluvia que respeto el festejo, dos tercios de plaza.
Toros: encierro de Guillermo Acosta de excelente presentación y magnifico juego, destacando primero, tercero y quinto aplaudidos en el arrastre, el resto noble y de buen juego en la muleta, dejándose en el caballo.
Pedrito de Portugal: de malva y oro dos orejas y oreja
Julio Benítez “El Cordobés” de grana y oro saludos y silencio
Manuel Jesús Pérez Mota.de turquesa y oro Dos orejas y rabo y dos orejas.
El mayoral de Acosta salio a hombros junto a Pedrito de Portugal y Pérez Mota
No se hace cuesta subir a la sierra cuando se va con la ilusión de ver lidiar unos toros a los que ha visto crecer merced a los cuidados de un ganadero amigo. No se hace cuesta arriba cuando además decidimos comer en la acogedora venta del Patras, donde los entrañables Juan y Encarna junto a su familia nos atienden como a príncipes, la comida compartida con buenos amigos, la sobremesa larga y de conversación amena, el cartel de lujo, el letrado José Antonio Sotomayor, la entrañable Domi, Lourdes, Pepe Ruciero, conversadores amenos e interesantes. Cortesana nos acoge con cariño y más charla compartida de toros. La familia ganadera, entrañable y presente en elevado número, viene la casta esta de Acosta con fuerza y asoman ya las generaciones venideras con ganas de ganado bravo.
La plaza dos tercios generosos, una lástima después del esfuerzo municipal confeccionando carteles caros e interesantes sobre el papel, el tiempo, la hora y la fecha quizá no fueron los idóneos.
Pérez Mota está en su primer año de alternativa, tiene clase, le cuesta ver los toros pero tiene esa punta de raza que nos hace esperarlo, muy bien con su primero un bravo toro de Acosta, de excelente son en la muleta y noble hasta la bondad. La lidia no fue la correcta y destacó Aldana con los palos. La estocada, pelín caída tuvo efectos fulminantes y la presidencia con buen criterio concedió el rabo, quizá el toro mereció algo más que los aplausos de una fría afición. En su segundo remató la tarde, ejecutó el mejor torero de capote, que no es decir poco en una corrida donde esta Pedrito que fue uno de los más finos capotes de la pasada década, su firmeza con el de Acosta le hicieron hilvanar una faena de mucho merito aunque menos transmisión.
Pedrito de Portugal dejo la firma de su personalidad, y ante el muy noble y con fijeza primero, dibujo muletazos de bello trazo y buen gusto. A este pareo con seguridad y firmeza el rehiletero onubense Manolo Roca. En el cuarto un cinqueño con carácter de toro grande, se cruzó con valor y la faena fue importante, ya sabemos que las faenas hay que medirlas por la calidad del enemigo y este era un toro de Pamplona, sin matices. Bien el lusitano, incluso hábil con la espada, quien le ha visto y quien le ve.
Julio Benítez no ha estado hoy en Cortegana, sería interesante ver los escabrosos caminos del ADN de este muchacho que el otro día en Aracena nos dejo amagos de calidad y carácter de los que hoy adoleció. A Manuel Benítez no se le van dos toros como los que enlotó el chaval con las orejas al desolladero ni a los ochenta años. Al quinto, un extraordinario toro, lo tapó, embustero, con el medio pase y acabando las series por alto, partiendo las nobles embestidas del burel. Hubo un momento en que el toro hizo amago de rajarse, estén seguros que no por manso sino por aburrimiento, como el resto de los presentes en la plaza. Con el primero tampoco se acopló nunca. Una tarde de buenos toros, de toreros manifiestamente mejorable y excelente de compañía y esas pasiones anejas a la tauromaquia que tanto nos satisfacen
Pérez Mota cuatro orejas y un rabo Pedrito tres orejas
Ficha.
Incidencias: tarde con amenaza de lluvia que respeto el festejo, dos tercios de plaza.
Toros: encierro de Guillermo Acosta de excelente presentación y magnifico juego, destacando primero, tercero y quinto aplaudidos en el arrastre, el resto noble y de buen juego en la muleta, dejándose en el caballo.
Pedrito de Portugal: de malva y oro dos orejas y oreja
Julio Benítez “El Cordobés” de grana y oro saludos y silencio
Manuel Jesús Pérez Mota.de turquesa y oro Dos orejas y rabo y dos orejas.
El mayoral de Acosta salio a hombros junto a Pedrito de Portugal y Pérez Mota
No se hace cuesta subir a la sierra cuando se va con la ilusión de ver lidiar unos toros a los que ha visto crecer merced a los cuidados de un ganadero amigo. No se hace cuesta arriba cuando además decidimos comer en la acogedora venta del Patras, donde los entrañables Juan y Encarna junto a su familia nos atienden como a príncipes, la comida compartida con buenos amigos, la sobremesa larga y de conversación amena, el cartel de lujo, el letrado José Antonio Sotomayor, la entrañable Domi, Lourdes, Pepe Ruciero, conversadores amenos e interesantes. Cortesana nos acoge con cariño y más charla compartida de toros. La familia ganadera, entrañable y presente en elevado número, viene la casta esta de Acosta con fuerza y asoman ya las generaciones venideras con ganas de ganado bravo.
La plaza dos tercios generosos, una lástima después del esfuerzo municipal confeccionando carteles caros e interesantes sobre el papel, el tiempo, la hora y la fecha quizá no fueron los idóneos.
Pérez Mota está en su primer año de alternativa, tiene clase, le cuesta ver los toros pero tiene esa punta de raza que nos hace esperarlo, muy bien con su primero un bravo toro de Acosta, de excelente son en la muleta y noble hasta la bondad. La lidia no fue la correcta y destacó Aldana con los palos. La estocada, pelín caída tuvo efectos fulminantes y la presidencia con buen criterio concedió el rabo, quizá el toro mereció algo más que los aplausos de una fría afición. En su segundo remató la tarde, ejecutó el mejor torero de capote, que no es decir poco en una corrida donde esta Pedrito que fue uno de los más finos capotes de la pasada década, su firmeza con el de Acosta le hicieron hilvanar una faena de mucho merito aunque menos transmisión.
Pedrito de Portugal dejo la firma de su personalidad, y ante el muy noble y con fijeza primero, dibujo muletazos de bello trazo y buen gusto. A este pareo con seguridad y firmeza el rehiletero onubense Manolo Roca. En el cuarto un cinqueño con carácter de toro grande, se cruzó con valor y la faena fue importante, ya sabemos que las faenas hay que medirlas por la calidad del enemigo y este era un toro de Pamplona, sin matices. Bien el lusitano, incluso hábil con la espada, quien le ha visto y quien le ve.
Julio Benítez no ha estado hoy en Cortegana, sería interesante ver los escabrosos caminos del ADN de este muchacho que el otro día en Aracena nos dejo amagos de calidad y carácter de los que hoy adoleció. A Manuel Benítez no se le van dos toros como los que enlotó el chaval con las orejas al desolladero ni a los ochenta años. Al quinto, un extraordinario toro, lo tapó, embustero, con el medio pase y acabando las series por alto, partiendo las nobles embestidas del burel. Hubo un momento en que el toro hizo amago de rajarse, estén seguros que no por manso sino por aburrimiento, como el resto de los presentes en la plaza. Con el primero tampoco se acopló nunca. Una tarde de buenos toros, de toreros manifiestamente mejorable y excelente de compañía y esas pasiones anejas a la tauromaquia que tanto nos satisfacen
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