ALTERNATIVA DE JOSE DOBLADO CUATRO OREJAS DE JAVIER CONDE EN PALOS EN LLuvioso festejo.
FICHA
Palos de la Frontera 6 de la tarde corrida con motivo de la feria de San Jorge plaza portátil. Tarde lluviosa, los tendidos completados en tres cuartos, seis toros de don Juan Albarran, justos de fuerza, de correcta presentación y buen juego, destacando quinto y sexto. Rivera cambio el turno, toreando segundo y cuarto.
Pepe Doblado, que tomaba la alternativa, ovación en el primero y dos orejas y rabo en el sexto
Rivera Ordoñez Ovación en el segundo y oreja en el cuarto, al término del mismo abandono la plaza por torear mañana en Barcelona
Javier Conde Cuatro orejas y dos rabos.
Pepe Doblado abandonó la plaza a hombros de sus paisanos
El banderillero de la cuadrilla de Doblado “Leperito” sufrió un esguince en su pierna izquierda al salir del embroque.
Empezó a llorar el Dios de la lluvia sobre Palos cuando faltaban treinta minutos para que comenzase el festejo y no dejo de derramar sus lágrimas hasta que Javier Conde cortó el primer rabo de la tarde en el tercer toro, un noble ejemplar de Don Juan Albarran, que facilito el lucimiento del malagueño. El pinturero artista enjaretó series de torero poderoso, pero con lo que llegó a los tendidos fue con sus adornos y especial tauromaquia de medio pase, barroco desplante y artística manera de andarle a los toros.
Desde ese momento se vino la tarde arriba, el Nuhualpilli que trajeron los palermos de su singladura americana decidió taparse un poco y el público cerró los paraguas. Antes la tarde se había iniciado con la ceremonia de la alternativa bajo un persistente lloviznar que se confundió con las lágrimas que a buen seguro han surcado la cara de Pepe Doblado y su padre en el momento del emotivo brindis con que inició la faena ante un toro de nombre Nochevieja, que quizá por la falta de fuerzas echaba la carita arriba y punteaba en defecto propio del encaste Nuñez, el toricantano anduvo firme y realizo la faena en el centro de la plaza, los dos pinchazos antes de matar y el agua que arreciaba en ese momento impidieron más premio que una ovación.
Rivera Ordoñez en su primero anduvo dispuesto llegando incluso a prodigarse con los rehiletes pero el toro adolecía de los mismos defectos que su hermano y como tampoco mató bien al negro albardado en castaño, todo quedo en poco.
Ordoñez en su segundo, el más voluminoso del encierro, estuvo aseado, pundonoroso y cumplidor, no decepciono a nadie a su paso por Palos el bullidor y mediático nieto del maestro de Ronda; la oreja fue su justa recompensa después de matar mal otra vez la segunda.
Sin duda los dos últimos toros del pacense Juan Albarran propiciaron los momentos de más emoción y brillantez de la corrida. El quinto salió con brío, rematando en los burladeros y apretando en varas. Javier Conde realizo una faena de menos a más, pudiendo al toro, sometiéndolo por bajo en largos muletazos hasta que de nuevo inició esa coreografia que entusiasma en la plaza, sea cual sea, cuando el toro tiene recorrido y transmisión. Magníficos lo remates con el pase de la firma, los molinetes rococos, las manoletinas ajustadas , en fin un repertorio que le propició un nuevo y clamoroso triunfo en esta que podíamos llamar su casa después de torear hoy por segunda vez y llevarse el cariño y la admiración de los palermos.
Pepe Doblado ha demostrado hoy que es un torero de raza, en su segundo realizó el mejor toreo de capote de la tarde después de una larga cambiada de recibo, ganándole pasos al toro yéndose a los medios. El toro fue excelentemente picado por el Sanjuanero Cartes y banderilleado por Manolo Contreras.
Entonces quedó solo ante el precioso mulato, bragado, listón y axiblanco que cerraba la tarde. Con firmeza estoica empezó la faena y se vengo en este Babiero de Nochevieja, se vengo de tantos sinsabores, se vengo de la suerte, de la vida, del Dios de la lluvia y lo hizo sin rabia, ¡bien torero! por que ni en el amor ni en el toreo caben la rabia, pero si el coraje, la ardiente pasión y la entrega de la que ha hecho gala ante sus paisanos y que le hicieron instrumentar una faena sólida, firme por ambos pitones y con dosis de emoción indescriptibles. No podía fallar con la Tizona y el pinchazo fue tan hondo como la huella que ha dejado en la memoria de todos.
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