El festejo estuvo en un tris de suspenderse, tras intentar SEROLO suspender alegando quel jueves había llovido mucho . Cunado los novilleros dijeron que toreaban, el festejo se dio, en silencio, sin los clarineros ni la banda de música. Se alisó el ruedo y se dio el asunto. Apenas 250 almas en las gradas y echó a rodar el séptimo espectáculo de la feria.
Novillos de María Gascón, bien presentados y manejables en general
Juan Millán, oreja tras aviso y oreja
Fernando Flores, oreja y oreja
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