Puede sonar algo repetitivo pero
'estar en novillero' es la mejor cualidad que puede tener un chaval que quiere
abrirse paso en este mundo en el que los trenes cada vez brillan más por su
ausencia. Desde el momento en el que a uno le anuncian de que va a matar a dos
del Conde de la Maza en Sevilla, el chip tiene que cambiar, y la mente tiene
que estar despejada y puesta en que hay que ir a por todas. David de Miranda se
lo tiene bien aprendido y hoy ha dejado boquiabierto al tendido maestrante con
su valor seco, que asusta e impacta, ese valor que sin palabras dice “aquí
estoy yo”. Pero a todo ello hay que añadir un gran sentido del temple que,
insisto, va innato en sus formas, que son buenas sobre todo cuando, casi sin
mirarse, vuelve a la cara del novillo como si no hubiera pasado nada y acababa
de llevárselo por delante como si fuera un tranvía. Por momentos me recordó a
su paisano Manuel Baéz 'Litri', asustando al miedo.
A su primero, el onubense, muy
tranquilo toda la tarde, lo lanceó con sabor y suavidad resultando volteado
feamente cuando iba a responder al quite de Dias Gomes. Con la franela, sin
rectificar, un paso y con las zapatillas atornilladas al albero alcalareño y
tras brindarlo a Fernando Cuadri, comenzó su faena en los medios, terrenos
donde templó a su oponente al natural con una tanda completamente de frente,
mientras que por el derecho fue imposible. Con las bernadinas vino otra voltereta, también por atropello, y el banderillero
Rafael Guerrero también paso a la enfermería, tras ser corneado en el muslo.
Ante el
último, el de Trigueros salió del burladero de matadores para cortar la oreja,
que finalmente se la llevó la espada porque lo pinchó. Volvió a demostrar su
valor con otro quite muy ajustado con el capote a la espalda que de nuevo caló
en el tendido. Con la muleta, tras una buena lidia, basó su labor por el
izquierdo, pitón por donde templó con naturalidad la embestida del sosito pero
noble novillo. El colofón llegó con unas manoletinas de una faena que le hubiera
valido un apéndice si lo mata a la primera, no obstante volaron casi todos los
pañuelos de la plaza, excepto el de la presidenta, que se llevó una fuerte
bronca después de que David diera la vuelta al ruedo.
Manuel Dias Gomes, que también se presentaba este domingo en Sevilla, se justificó
ante un novillo soso que desarrolló peligro por el izquierdo echándole alguna
que otra mirada a sus muslos. Con voluntad toda la tarde, lo intentó por el
derecho a media altura pero la cosa no despegó y fue ovacionado. Al cuarto lo
toreó a la verónica con gusto y con la muleta el novillero de Lisboa hilvanó
una faena intermitente y larga por ambos pitones que no llegó al tendido.
El primero novillo de Tomás Angulo fue
devuelto por problemas de visión y el extremeño topó con
un sobrero exigente y con chispa y carbón, con el que dejó detalles y naturales
sueltos de calidad cuando le bajaba la mano en una labor en la que demostró sus
ganas. Ante el quinto destacó con un galleo por chicuelinas con empaque. Tras
brindarlo al respetable, comenzó un trasteo largo ante un astado que le faltó
romper aunque con ciertas posibilidades, sobre todo al principio de la faena,
no obstante dejó en la retina derechazos con sabor.
Grata impresión del triguereño en Sevilla,
que hoy olía a Onuba más que nunca, lanzando su mensaje de que 'Huelva tiene un
torero', certamen del que fue ganador, un novillero que se queda sin su oreja y
que se tiene que ir al hospital con un puntazo en la espalda y con mareos y
vómitos a causa de los golpes. La cara ingrata y fea de la Fiesta pero bueno...
Sevilla se acordará de él por sus ganas, disposición y valor. Que le quiten lo
bailado con palmas por Huelva, que eso sí que no se lo quita nadie.
Plaza de toros de la Maestranza.
Vigésima del abono. Con menos de menos de media plaza se lidiaron novillos del
Conde de la Maza, de distinta presentación y juego.
Manuel Dias Gomes: ovación y
silencio.
Tomás Angulo: ovación y silencio
tras aviso.
David de Miranda: ovación tras
aviso y vuelta al ruedo, tras fuerte petición.
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