David Mora, un oasis en el desierto
El madrileño cortó una oreja a su primero en una faena en la que dio tiempos muertos, entre tanda y tanda, para que el toro no se desengañara
La fiesta de los toros, para ser atractiva para el gran público, necesita que sea dinámica. Ese dinamismo lo aporta, fundamentalmente, el toro. Por ello, si el animal falla, la fiesta resulta plomiza, gris y propensa al tedio. Es entonces cuando el público se enfada. Eso es lo que pasó a la postre en la tarde de ayer en Córdoba. Los toros llegados desde El Grullo, sin lugar a dudas seleccionados con mimo por el ganadero, dieron al traste con el desarrollo de la corrida. Astados que evidenciaron una falta de raza alarmante. Toros sin contenido, sin el ingrediente necesario para que los matadores alcanzaran el lucimiento deseado. Y de esto no tiene la culpa nadie. La selección no está siendo acertada en estos tiempos. Se busca un toro tan noble, que en ocasiones echa a perder el resultado de una corrida de la que el público siempre espera lo mejor. La de ayer, por los motivos apuntados, fue un desierto desde el punto de vista artístico. Un pedregal, seco, árido y sin agua. Menos mal que en todo desierto hay un oasis. En la tarde de ayer ese aire de frescura vino de la mano del madrileño afincado en Toledo David Mora, que gracias a su disposición y formas, logró por un momento hacer felices a los congregados en los escaños del coso califal.
Tuvo la corrida ya mal principio. El primer toro mostró una descoordinación en sus movimientos alarmante. Tanto es así que le costó seguir el paso a la parada de mansos en su vuelta al corral. Fue sustituido por un sobrero de la misma casa ganadera ante el que Miguel Ángel Perera quedó inédito con el capote. Lo intentó por chicuelinas en un quite que tuvo cierto ajuste. Con la tela escarlata inició el trasteo por alto para continuar con una labor en la que siempre estuvo por encima de su oponente, con temple, sin que llegara nunca a coger el vuelo deseado. Correcto siempre en las formas, concluyó con el toreo de cercanías buscando el aplauso de un público que tras matar de una estocada trasera le pidió minoritariamente un trofeo que no fue concedido. En su segundo, un toro sin transmisión alguna, al que recibió correctamente a la verónica, le planteó un trasteo que se fue difuminando poco a poco debido a las condiciones adversas de su enemigo.
Con lances a pies juntos saludó Alejandro Talavante a su primero, que el público agradeció. Quitó con el capote a la espalda David Mora en este toro, poniendo en evidencia la actitud con la que afrontaba su compromiso en Córdoba. En el tercio final, Talavante muleteó con quietud y tratando siempre de ligar los pases, extremo que consiguió en las dos primeras tandas. Luego, el animal se apagó y todo quedó en una labor en la que la voluntad fue el principal aval. En su segundo quedó prácticamente inédito con capote y muleta. Talavante se aburrió pronto. Un par de tandas desiguales en su concepción y forma fue todo. Mató mal.
David Mora ha dejado de ser una novedad. El madrileño, que se presentaba en Córdoba en festejo mayor, mostró una gran disposición y fue el único que consiguió sacar al público del tedio. Lúcido fue su recibo capotero al jabonero que hizo tercero. Tras una buena brega de Félix Jesús Rodríguez, David Mora planteó un trasteo inteligente. Dio tiempos muertos, entre tanda y tanda, al objeto de que el toro no se desengañara y enjaretó una faena compacta con su particular sello. Dispuesto, adelantando el engaño y tratando siempre de correr la mano con temple, ligó los muletazos con ambas manos, aguantando algún parón o mirada incomoda del Cuvillo. Lució su toreo con la mano izquierda, donde los naturales resultaron largos y templados. Remató con una manoletinas y tras una estocada cortó una oreja.
En su segundo, al que recibió con una larga de rodillas, lo veroniqueó con gusto, siendo muy aplaudido. Quitó por chicuelinas muy ceñidas. Tras un tercio de banderillas tras el que tuvo que saludar Félix Jesús Rodríguez. Mora, volvió a mostrar su condición de torero consolidado. Con la muleta estuvo con mucha decisión y solvencia. Sobre todo porque el toro se movió con peligro sordo y Mora le expuso mucho en cada muletazo. Valiente a carta cabal, Mora trató de agradar consiguiendo muletazos de gran exposición y mérito. En conjunto, la labor de David Mora fue lo más destacado de la tarde. Un oasis en el desierto.
Tuvo la corrida ya mal principio. El primer toro mostró una descoordinación en sus movimientos alarmante. Tanto es así que le costó seguir el paso a la parada de mansos en su vuelta al corral. Fue sustituido por un sobrero de la misma casa ganadera ante el que Miguel Ángel Perera quedó inédito con el capote. Lo intentó por chicuelinas en un quite que tuvo cierto ajuste. Con la tela escarlata inició el trasteo por alto para continuar con una labor en la que siempre estuvo por encima de su oponente, con temple, sin que llegara nunca a coger el vuelo deseado. Correcto siempre en las formas, concluyó con el toreo de cercanías buscando el aplauso de un público que tras matar de una estocada trasera le pidió minoritariamente un trofeo que no fue concedido. En su segundo, un toro sin transmisión alguna, al que recibió correctamente a la verónica, le planteó un trasteo que se fue difuminando poco a poco debido a las condiciones adversas de su enemigo.
Con lances a pies juntos saludó Alejandro Talavante a su primero, que el público agradeció. Quitó con el capote a la espalda David Mora en este toro, poniendo en evidencia la actitud con la que afrontaba su compromiso en Córdoba. En el tercio final, Talavante muleteó con quietud y tratando siempre de ligar los pases, extremo que consiguió en las dos primeras tandas. Luego, el animal se apagó y todo quedó en una labor en la que la voluntad fue el principal aval. En su segundo quedó prácticamente inédito con capote y muleta. Talavante se aburrió pronto. Un par de tandas desiguales en su concepción y forma fue todo. Mató mal.
David Mora ha dejado de ser una novedad. El madrileño, que se presentaba en Córdoba en festejo mayor, mostró una gran disposición y fue el único que consiguió sacar al público del tedio. Lúcido fue su recibo capotero al jabonero que hizo tercero. Tras una buena brega de Félix Jesús Rodríguez, David Mora planteó un trasteo inteligente. Dio tiempos muertos, entre tanda y tanda, al objeto de que el toro no se desengañara y enjaretó una faena compacta con su particular sello. Dispuesto, adelantando el engaño y tratando siempre de correr la mano con temple, ligó los muletazos con ambas manos, aguantando algún parón o mirada incomoda del Cuvillo. Lució su toreo con la mano izquierda, donde los naturales resultaron largos y templados. Remató con una manoletinas y tras una estocada cortó una oreja.
En su segundo, al que recibió con una larga de rodillas, lo veroniqueó con gusto, siendo muy aplaudido. Quitó por chicuelinas muy ceñidas. Tras un tercio de banderillas tras el que tuvo que saludar Félix Jesús Rodríguez. Mora, volvió a mostrar su condición de torero consolidado. Con la muleta estuvo con mucha decisión y solvencia. Sobre todo porque el toro se movió con peligro sordo y Mora le expuso mucho en cada muletazo. Valiente a carta cabal, Mora trató de agradar consiguiendo muletazos de gran exposición y mérito. En conjunto, la labor de David Mora fue lo más destacado de la tarde. Un oasis en el desierto.
GANADERIA: Seis toros de Núñez del Cuvillo, el primero lidiado como sobrero, justos de presentación y de pobre juego. Descastados y viniéndose a menos durante la lidia.
TOREROS: Miguel Ángel Perera (grana y oro). Ovación con saludos tras leve petición y silencio tras aviso. Alejandro Talavante (blanco y oro). Ovación con saludos y silencio. David Mora (malva y oro). Oreja y ovación con saludos.
INCIDENCIAS: Plaza de toros de Los Califas de Córdoba. Corrida de toros. 5º festejo del abono de la feria de Ntra. Sra. de la Salud. Poco más de media entrada en tarde primaveral. Destacó entre las cuadrillas Félix Jesús Rodríguez de la cuadrilla de David Mora, tanto en la brega como con las banderillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario