¿Quien manda en los corrales de Las Ventas?

Pongamos que hablo de Madrid y sus corrales y sus equilibrios de poder. Me cuentan chismes,  he visto cosas, han pasado hechos e hilando todo os voy a contar tres detalles.

Os cuento primero de un joven matador con una cuadrilla curtida, que toreó esta primavera en Las Ventas. Resumo, con ánimo de ser breve, en la mañana llegan los hombres del toro a los corrales y ven la corrida, enlotan sin problema, sortean sin novedad y se apartan para decidir el turno de la lidia de su lote. "El zambombo por delante, el bonito  en segundo lugar" es la decisión de quien se va a jugar la vida y espera resolver la temporada a base del triunfo de su matador. Cuando el tal lidiador se lo pretende comunicar a la autoridad, el presidente no deja terminar la frase al subalterno "De eso nada, el gordo de cierre, si no me echáis la plaza encima" el currado rehiletero cambia de pitón sobre la marcha y dice "no, si ya veníamos dudando, de acuerdo el grande primero"  reacciona cumbre el de plata para evitar males mayores. Salió primero el bonito y el  morlaco, que no tuvo un pase, en segundo turno. ¿Quien manda allí?

Otro sucedido. Ganadería de las que no impone nadie ( ni comunidad, ni afición ni figuras), desembarcan los toros y alguien de la plaza, muy querido por la tele, espeta para que oiga y se entere quien quiera oír y enterarse, "Pero éste que se ha creído, ¿Que es Cuvillo?" El largón no tiene poder de decisión, pero si fuerte influencia. Luego vinieron  otros cuatro hermanos de la finca, todos de más de 530 kilos, los mismos que pocas horas después circulaban  de vuelta por Miravete. ¿Quien tiene mando sin mandar allí?

Tercer sucedido, un buen ganadero, de los de generaciones criando pitones en su dehesa, se queja amargamente y con más razón que un santo. "Soy ganadero desde hace cincuenta años, en mi casa le doy vida a todo el mundo: matadores, novilleros, aficionados, soy abonado de Sevilla desde hace décadas y nunca me ha pasado lo de este año; he saludado todos los días de feria al hombre fuerte en el campo de la empresa de Madrid por debajo de Despeñaperros, nos conocemos hace generaciones, y ni siquiera me ha preguntado por lo que tengo en el campo. Yo creo que es obligación del veedor de la empresa tener conocimiento de lo que hay en el campo, tenerlo en cartera, visitar las ganaderías, saber de donde tirar en caso de necesidad, ver las camadas de años sucesivos..., estoy desanimado y triste cuando veo por la tele Madrid cada tarde y pienso en mis toros comiendo pienso en el campo sin nadie que me los vea"

Y yo pienso que nadie sabe quien manda aquí, pero que alguién está haciendo mal las cosas.