Por la tele vimos como Talavante aburrió y se aburrió en Madrid con dos tercios largos de plaza. Al menos tres Cuvillos merecieron irse sin algún apéndice, el extremeño pegó un sainete con la espada en los seis toros, el viento molestó pero más molestó la actitud del torero, frio, con la responsabilidad como lastre y la tizona como cruz.
Ahora nos contará Conchita el sopor de la tarde de Sevilla.
En Málaga, nos cuenta Diego que, con Conde de convidado de piedra, Perera le dijo, incluso con una cogida, a un muy entonado José Tomás que cuidado, rivalidad en quites con cogida, no escarmienta el de la Puebla del Prior, y ante un buen toro del Grullo se mostró firme y torero el de Galapagar demostró que ya no le hace falta ni toro para triunfar y así lo hizo ante un mansurrón, partieron a dos orejas por barba, pitos en ambos el malagueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario