El ganadero Joaquín Núñez del Cuvillo, declaró el pasado lunes como testigo en el juicio por blanqueo de capitales en el que están acusados Isabel Pantoja Pantoja y Julián Muñoz.
Don Joaquín manifestó que conocía a la tonadillera de mucho tiempo atrás, a pesar de eso, la negociación se llevó Muñoz, con quien acordó la venta de cien cabezas de ganado a un coste de 90.000 euros.
Tras entregar "un par de camiones", en los que calcula que iban algo más de cuarenta vacas -valoradas en unos 900 euros cada una- sin recibir dinero alguno, decidió no mandar el resto ni las guias
El testigo insistió en que no recibió ninguna cantidad de dinero a cambio de las reses, pese a que se le mostró un documento intervenido en casa de Muñoz en el que éste había anotado la entrega a cuenta de "10.M" por 56 vacas con un coste de 8,4 millones, y especificaba que restaban 1,6 millones a su favor. "Sería la intención que tendría", espetó el empresario, que argumentó que retuvo la documentación de las reses como "garantía" en la negociación, y añadió que aguardó un tiempo porque tenía esperanza de cobrar.
Cuando entendió que no iba a cobrar, se los dio a un conocido que luego adquirió las reses a Pantoja.
Manuel Delgado, mayoral de Pantoja y Muñoz, explicó que se solicitó la guía de origen y sanidad y que los animales tenían su documentación oficial, pero carecían de la que otorga la Asociación y que es la que certifica que se pueden lidiar. Como la pareja le debía dinero se quedó con cincuenta vacas que, según consta en un contrato, compró por 6.000 euros y las vendió para carne por 3.500.
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