La suspensión por primera vez en 51 años de la Feria de Quito, uno de los festejos más importantes de América, desató hoy la polémica entre los aficionados a la lidia, dispuestos a "realizar esfuerzos" para que se celebre y los antitaurinos, que preparan la "toma simbólica" de la plaza de toros.
En nombre de un grupo de los toreros, ganaderos, picadores, mozos de espadas, banderilleros, peñas taurinas, vendedores y trabajadores de la plaza de toros, José Luis Bruzzone pidió este viernes públicamente a Citotusa que revise su decisión.
Según él, la suspensión representa "una inmensa pérdida" para alrededor de 60.000 personas vinculadas a la actividad taurina.
"Podemos asegurar que los toreros, tanto nacionales como extranjeros, ganaderos y todos los demás estamentos de la fiesta brava, están dispuestos a realizar los esfuerzos que haga falta para que se lleve adelante la feria de Quito", dijo en rueda de prensa.
En nombre de la comunidad taurina, pidió respeto a los derechos de los profesionales de sector y los aficionados y la preservación de la Feria de Quito, considerada "por más de dos décadas" como "la mejor de América", según dijoBruzzone.
"Si un torero quería planificar una temporada taurina importante en España, tenía que pasar por Quito", indicó.
Por su parte, los colectivos antitaurinos realizarán el próximo 29 de noviembre una marcha llamada la "toma de la plaza", hasta los exteriores del coso.
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