Juan J. Villalba Pinilla.
Tras la apertura del acto por el presidente de la asociación, Raúl Gómez, tomó la
palabra el abogado y crítico taurino César
Mata quien ejerció de moderador y uno a uno fue presentando a
los intervinientes desde la óptica de su rol en la fiesta.
El primero en contestar a las preguntas de Mata fue el ganadero onubense
Fernando Cuadri
quien a lo largo de sus dos intervenciones hizo un repaso entre otros aspectos
al tipo de toro que cría, exponiendo magistralmente los criterios genéticos que
priman en sus ejemplares. La pureza de la raza que siempre ha persiguido la
casa Cuadri los ha hecho ser poseedores de un encaste propio con el devenir de
los años, lo que a la vez les ha obligado a saber combinar de manera justa la
consanguinidad de las reses “para fijar caracteres sin desembocar en
determinados problemas que su exceso podría acarrear”. Así mismo, realizó una
férrea defensa de la casta y la nobleza como rasgos que busca para sus
ejemplares pero primando la casta pues “un toro simplemente noble es un toro
simplemente tonto –afirmó Cuadri-. Hay una delgada línea entre nobleza y
mansedumbre, y muchas de las ganaderías actuales han cruzado esa línea.
José Rabadán, cirujano de la Plaza
de Toros de Valladolid, abrió su turno de intervenciones con una férrea defensa
de la Fiesta frente a los ataques que está recibiendo actualmente por parte de
los colectivos anti taurinos y animó al aficionado a “hacer proselitismo de
Fiesta Brava”. Rabadán se describió sobre todo como gran aficionado a los
toros que tiene que cambiar el chip y pasar al de profesional de la
medicina durante la lidia, poniendo varios ejemplos de cómo esa afición y el
estar presente durante determinadas faenas en las que el diestro ha sido
embestido por el morlaco de turno le ha servido para llevar en muchos casos, un
pre diagnóstico antes de intervenir.
José Miguel Pérez “Joselillo” y Javier Castaño, dos de
los matadores de toros que compartían acto, hicieron un breve repaso a su
carrera en la que valores como la constancia y el arrojo ante el toro han sido
sus principales señas de identidad y se mostraron convencidos de que aún con
mucho camino por recorrer y triunfos por recoger, parte de las ilusiones y
expectativas que tenían cuando dieron el paso de elegir esta profesión sí
que se han materializado. Por último, y al tratarse de dos diestros de que para
poder triunfar han tenido que echarse a la cara día tras día a las llamadas “ganaderías
duras”, Castaño manifestó sentirse “encantado” de ese papel que le ha tocado
jugar, y Joselillo indicó su predisposición a adaptarse a las condiciones del
toro a la hora de interpretar una faena, partiendo de la premisa de querer
realizar un toreo profundo pero también siendo consciente de que si el animal
no ayuda en ello, “hay un espectador que ha pagado una entrada y se merece que
tú te juegues la vida por ofrecerle un espectáculo”.
Víctor Barrio,también matador de
toros, y el último de los intervinientes repasó tu escasa trayectoria hasta el
momento, consciente de que por el devenir de su carrera, está en un momento en
el que no debe perder la ilusión aún cuando no toree tanto y decidido a seguir
apostando por esta profesión que eligió tras abandonar un trabajo estable y
para disgusto de su familia.
Tras la interesante tertulia, se inauguró una exposición de fotografía
cedida por el Ayuntamiento
de Medina del Campo y por la Asociación de Fotógrafos Aficionados Medinenses,
y todos los asistentes pudieron disfrutar de un animado ágape en el que los
temas taurinos continuaron siendo el centro de las conversaciones.
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