Fran Rivera es feliz y se le nota: "Estoy disfrutando mucho, voy a torear en Sevilla, vuelvo a Madrid y a Jerez". Y destaca su vuelta a Madrid porque "llevo 8 años sin pisar Madrid, me da pena pero uno toma decisiones y tiene que seguirlas hasta las últimas consecuencias". Por si no le han entendido, Fran Rivera sigue explicando por qué algunos toreros deciden no acudir a algunas plazas: "Es complicado, y unas veces no vas por cosas serias y otras por tonterías, pasan cosas que no se explican, es una pena pero cuando uno toma un camino, una decisión tiene que asumirla", y añade que "es una profesion muy complicada, dura y de locos".
: "Cumplo 18 años de alternativa y estoy dispuesto para la Feria". La temporada acaba de comenzar, acaban de empezar las tardes en el hotel antes de partir para la plaza, es entonces, confiesa el maestro, "cuando saldrías corriendo y te cogerían por Nimes, pero luego sale el toro y el miedo se convierte en satisfacción".
"Paso mucho miedo, cada día más pero no concibo la vida sin torear, es lo más importante de mi vida. Ahora desde que nació mi hija me cambió la forma de pensar". Todos los toreros dicen que pasan miedo pero no se les nota: "Lo tienes dentro, por eso uno vuelve después de una corrida. Es el amor al toro, aunque no se entienda que quieras a un animal al que estás matando, pues le amamos por encima de todo". Aman al toro y lo viven desde la pasión, por ello no nos entienden a veces porque, afirma Fran Rivera, "le damos mucha importancia a cosas que otra gente no se la da, el ir a la plaza y ponerse delante del toro te da otra imagen a la que tiene la gente y un puntito raro...". Y en la arena "es el toro el que decide, el que te hace mantener la distancia, el que te hace arrimarte y te transmite sensaciones. No pensamos, reaccionamos a sensaciones, hay toros a los que te entregas, toros con los que te enfadas y otros que te hacen pasar un miedo atroz". Pese a ello vuelve a la plaza una vez tras otra, una cornada tras otra: "Tenemos que torear porque nosotros no tenemos una ficha como los futbolistas que están de baja tres meses y te pagan. No nos movemos sólo por dinero, es la necesidad de estar delante del toro". Y cuando esa necesidad no sea tan evidente y al pisar la arena sienta miedo "y ese miedo sea insoportable, ese día es el que hay que decir adiós".
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