José María Lazaro falla a espadas una oreja de un buen Domínguez Camacho en Las Ventas

Un buen toro de Domínguez Camacho,cuajado por Lázaro, remendó la corrida titular de El Conde de la Maza
El cinqueño de la ganadería onubense fue el toro con más posibilidades de toda la corrida, con "carbón" y codicia en la muleta.

Foto de Campero (Lasventas.com)

Plaza de toros de Las Ventas. Un cuarto de plaza. Toros de Conde de la Maza y uno de Domínguez Camacho (6º). Juan Diego, silencio y ovación; Iván García, leves palmas y ovación y José María Lázaro, que confirmaba alternativa, silencio y ovación tras aviso. ,
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del matador de toros Manuel Rodríguez "Manolete", en el 64 aniversario de su muerte en la plaza de toros de Linares.

José María Lázaro ha perdido con la espada una oreja del sexto toro de la tarde en Madrid, la tarde en que el torero madrileño confirmaba alternativa. Se lidió una corrida de Conde de la Maza falta de raza y fondo que no permitió el lucimiento de la terna. Juan Diego e Iván García, los otros dos integrantes del cartel, se mostraron dispuestos y lograron al menos hacerse ovacionar, según informa www.mundotoro.com

José María Lázaro no había tenido suerte con el toro de su confirmación: un toro manso y con la cara arriba que no permitió que su trasteo llegara al público. Decidido a quitarse la espina con el sexto, un toro de Domínguez Camacho que remendaba el encierro de Conde de la Maza, lo toreó con despaciosidad, limpieza y pinturería. Habría cortado una oreja, pero pinchó y una ovación fue su única ovación.

El segundo se rajó nada más iniciarse la faena de muleta y se limitó a defenderse. Juan Diego, afanoso, logró robarle algún que otro derechazo estimable, pero su trasteo no cobró cuerpo y fue silenciado. El cuarto mostró buena condición en los primeros tercios pero llegó a la muleta defendiéndose y buscando al torero. Juan Diego, que lo había recibido muy bien de capa, mostró mucha disposición y sus ganas de sacarle al toro todo lo que tenía. Aunque no fue posible el lucimiento, fue ovacionado por el esfuerzo.

Iván García recibió al tercero a portagayola y anduvo bullidor con un toro que colaboró de inicio. Tras un poderoso inicio de faena, el toro se agotó y le fue imposible continuar faenando. Recibió leves palmas. Saludó una ovación tras estoquear al quinto, un toro reservón y sin recorrido con el que llevó a cabo una labor de mucha voluntad y tesón, en la que logró firmar algún muletazo de buen trazo sobre el derecho. Mató de una estocada.