Emilio Silvera se lleva la noche de su debut en Sevilla

El onubense se postula para la final con una Oreja y una Vuelta ante los deslucidos de Villamarta

Dos tercios. Novillada nocturna. Calor tremendo erales de Federico Molina, Villamarta.

Emilio Silvera  de verde y oro vuelta tras petición y oreja

Carlos Llandres de azul y oro silencio tras aviso y vuelta tras petición

Fran Ferrer de tabaco y oro silencio y ovación

Esto de ser torero es un sueño que empieza cuando empieza y acaba cuando las ilusiones son menores que los necesarios esfuerzos que hay que hacer

Esta noche en Sevilla hemos visto a un Emilio Silvera que ha mostrado sus formas, muy del gusto de esta tierra torera, sus ganas y su afán de ser torero, Al que supuso su debut en La Maestranza le enjaretó una faena que ilusionó en sus primeros compases para luego venirse abajo ante el peor pitón izquierdo, pese a una tanda de toreo bueno, antes de que se pusiera imposible el eral, muy por debajo en presentación. Bonito colofón por alto acompañando la embestida con todo el cuerpo. Estocada arriba para dar una vuelta al ruedo.
 Fue en el quinto donde el de Huelva redondeó faena. Muy bien con la capa en verónicas largas y cadecionsas. Con la franela mejor a derechas, templado y ligando siempre con remates toreros y muletazos de muy buen trazo. Culminó de rodillas, desplantes tirando la muleta (el Litri estaba en la plaza) y con manoletinas efervescentes. Mató tras una entrada fallida y cortó la oreja, la única de la noche y una oreja que le da mucha fuerza para su trayectoria futura. Las ilusiones son mayores que los esfuerzos, este nuevo Silvera seguirá por tanto pitando. a ver quien le quita al onubense de Sevillano o al sevillano de Huelva que ha dado dos vueltas al ruedo en Sevilla, que ha cortado la oreja y le ha sonado la música en ambos novillos.

Llandres sorteó un lote con más complicaciones. Al primero no pudo dominarle la descompuesta embestida, En el quinto se le vio distinto, mucho más firme y toreando con mucho gusto al natural. El novillo cabeceaba incómodo y el torero no dudó y le cuajó la fena que había empezado muy bien con el capote por verónicas y chicuelinas.

El murciano Ferrer mostró mucha ilusión por agradar, muy torero en el sexto con un par de series de altura que calentaron los tendidos.
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