miércoles, 11 de julio de 2012

Madrid, la realidad de los heridos inexpertos, la leyenda de los toros chicos y los novillos grandes

Novillo de Madrid, toro de cualquier lado
Es un hecho: las novilladas de Madrid son una continua fuente de noticias que hablan de heridos y revolcones. Es otro hecho que en Madrid desde hace mucho tiempo, desde siempre para los más jóvenes, se han corrido novilladas de enorme trapío, de mucha cara y con remate de toro. Recuerdo una tremenda de Guadaira que mató Pepe Moral en el 2007
Con estas don premisas, es de oportunistas acusar ahora a la empresa y subsidiariamente a la comunidad que, por muchos desafueros que cometan y hayan cometido solos o en compañía de otros, no son responsables de estas circunstancias. O al menos no en el sentido que se apunta.
También es un salto sin red sobre la lógica el que se culpe a las figuras de este desaguisado, por una extraña teoría de la desproporción compensada que intenta explicar  que, como ellos matan en Madrid el toro chico y sin casta, los novilleros deben matar novillos encastados y con el volumen y la cara que les falta a las ganaderías que eligen los líderes del escalafón para sus presencias en el foro. No se sostiene
Partiendo de que el toro de Madrid es grande, y el toro de las figuras de Madrid es grande, sólo el toro de alguna ganadería con bula es más terciado. Por tanto el novillo de Madrid es muy grande, pasaría por toro en todas las plazas de segunda y en ¿casi? todas las plazas de primera. Así es y así será siempre. Es cierto que no hace muchos años lo que se lidiaba en las novilladas de la Calle Alcala eran utreros  con más culo y menos cara. Lo de la casta es otro cuento, nadie sabe quien tiene el santo grial del toro encastado. 
Entendemos que la causa del verano sangriento proviene mucho más de la inexperiencia y falta de oficio de los novilleros acartelados que de otros factores. Habida cuenta que, en este mundo al revés, la paradoja hace que se celebren muy pocas novilladas en toda la geografía patria y que un novel deba torear en Madrid para poder aspirar a  torear en los pueblos, cuando hasta hace unos años novilleros y toreros tenían que fajarse y hacer meritos en otras plazas para llegar a Madrid y resolver, Por tanto la labor, y aquí si que hay responsabilidad de mucha gente, de los veedores de toreros, (¿existe esta figura?) de la empresa es fundamental.
 ¿Quien decide que novilleros torean en Madrid? ¿Quien coteja sus méritos? ¿Quien realiza los carteles?. ¿Responsables? digamos que la empresa, pues bien, me cuentan que Taurodelta ha intentando bajar el trapío de las novilladas de Madrid, me certifican que los señores veterinarios, tras alguna reunión en la que templaron gaitas, han decidido que nones, que novillo grande ande o no ande y caiga quien caiga.
A partir de entonces repartamos responsabilidades,  apuntemos al ganadero, que no manda lo que quiere si no lo que le van a aprobar, pensemos en los mentores de los jóvenes aspirantes, mencionemos el sistema paradójico, hablemos de la tele que mata los festejos de pueblo, discutamos con la administración que no ayuda a abaratar los costes de las novilladas, charlemos con los profesionales y sus sacrosantos derechos laborales (¿Pero son artistas o asalariados?), departamos con el aficionado que no acude a las novilladas, descubramos a la prensa que ahora acusa de casi  homicidio imprudente alegremente y se calla o abunda en los errores de la empresa y Comunidad .
Muchos implicados ¿Verdad? pues quien este libre de pecado que tire la primera piedra.

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