sábado, 16 de febrero de 2008

Festival pleno de aromas en Manzanilla.








Festival pleno de aromas en Manzanilla.
La excelente novillada de Juan Pedro permitió el lucimiento de todos los actuantes y una gran faena de Ortega Cano.

Tarde ventosa, casi lleno en la plaza portátil instalada en Manzanilla. Dos novillos de buena presentación de Arucci, al primero origen Murube de buen son se le dio la vuelta al ruedo el séptimo del mismo hierro pero origen Guadalest fue menos claro, de los cinco excelentemente presentados de Juan Pedro destacar segundo, tercero y quinto aplaudidos en el arrastre. Diego Ventura dos orejas y rabo. Ortega Cano dos Orejas, Finito dos orejas El Cordobés dos orejas, Javier Conde dos orejas y rabo Daniel Luque dos orejas y rabo y Martín Núñez dos orejas.

Reivindica con razón Manzanilla ser la tierra de origen de los excelentes caldos que se comercializan desde Sanlucar de Barrameda y en esta tierra de buenas viñas y añejos olivos se disfrutaron en la tarde ayer las fragancias de distintas cepas, distintas maceraciones y diversos paladares.
Ventura esta enorme, tiene una cuadra larga y con fundamento, le sirve cualquier caballo y sabe ganarse al público. Ante el excelente pero regordío novillo de Arucci, realizó una faena de más a menos como no podía ser de otra forma por el juego de su enemigo, con Sol, su caballo bayo, formo un lió toreando a dos pistas, encelando al toro al hilo de las tablas y templando hasta conseguir completar la circunferencia de la plaza. Cobró un rabo con fuerza en otra plaza más que se le entregó sin ambages, aromas de Oporto para abrir boca como hacen los anglosajones..
Lo de Ortega ante el excelente y bravo novillo de Juan Pedro es de nota, estuvo firme desde que lo recibió con el capote, dejo aromas de vino asolerado, rioja viejo, puro sabor pero con cuerpo y matices que se ha servido en las mejores mesas de Madrid, los cambios de mano fueron eternos, suaves, como meciendo al toro, la forma de salirse de los encuentros tan personal y galante como siempre, dibujó series de toreo fundamental por ambos pitones y aunque mato mal nos dejo un más que grato sabor de boca.
El novillo de Finito fue más flojo y el de Córdoba lo cuido y le enjareto una faena de oficio largo y arte hondo, bien el Fino que sigue teniendo partidarios que le siguen por todas las plazas y no es de extrañar porque es un torero que no se engaña ni engaña a nadie y tiene el arte en una izquierda primorosa, otra lección de andarle a los toros. Aromas de Montilla Moriles paladeado en las tabernas de la judería de la ciudad de Séneca, que grande recibiendo con el capote, ganándole pasos al juanpedro hasta acabar en la boca de riego si la hubiera habido.
Aromas de Valdepeñas, recio, de toda la vida, un vino honrado y un torero honrado el madrileño Manuel Díaz, poderoso, sabio y firme ante el novillo más bruto del hierro de la V. Lo vio desde el principio y le saco la faena que tenía el colorado ojo de perdiz acabo con sus cosas de siempre y aunque tampoco mató bien arranco dos orejas del bonancible público manzanillero.
Javier Conde trajo sabores de un Málaga Virgen, ya saben que es un poco dulzón y a veces carga un poco pero la uva es buena, a la vista es un vino agradable, gusta más a las féminas y siempre deja buen sabor de boca. Así estuvo el hijo de Curro Conde, hombre del toro que ahora ejerce de mesonero en Málaga, pinturero, danzarín pero con hondura cuando quiso meterse con un novillo que tenía ciertas complicaciones que supo entender el buen torero que hace años lideró el escalafón.
Daniel Luque se encontró con un oponente que se dejo hacer de todo, series interminables por ambas manos, circulares, le dejo hasta equivocarse, desplantes, manos bajas, manos a media altura. Hizo de todo, duró mucho pero le faltó quizá el corazón, el bouqué…, un buen mosto del aljarafe de la cosecha del año, que puede ser un buen afrutado si apostase más por la calidad que por la cantidad.
Martín Núñez se asusto ante la salida extraña del sétimo de la tarde, hasta el cardinal suena extraño en la crónica, íbamos cargados de etílico, seis copas, y ya sabemos que con el dios Baco se ha de tener moderación. La luz artificial hizo que el mogón novillo de Arucci hiciera extraños ante los capotes que lo recibieron. Luego el chaval anduvo firme y enjaretó series que nos hacen esperar verlo de nuevo y con mejores condiciones.
Cuarenta años llevaba Manzanilla sin toros, sesenta hace que el Litri torero su primer novillo en público en Manzanilla, bien valió la pena por la excelente tarde de toros que se disfrutó ayer en el onubense pueblo ancestro inequívoco del buen vino, las buenas olivas y el buen toreo.

1 comentario:

JUAN dijo...

Gracias por la crónica Javier.

Un saludo.

Haciendo hilo

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