Conceptualmente nos parece sano que se produzcan novedades e incursiones foráneas en la gestión de los ámbitos, habitualmente cerrados, del mundo empresarial taurino. Suelen traer estas iniciativas un soplo de aire fresco, cierta poca vergüenza necesaria para la renovación y un “choque de culturas” que puede devenir en mejoras y avances para todos. El peligro viene y ha venido por el lado de los intereses espurios del extraño, en los excesos, en el desconocimiento de las realidades más ancestrales, en la falta del respeto más acendrado por las gentes y las formas que rigen este mundo único de la fiesta brava.
Han proliferado en los últimos años empresas ajenas al engranaje habitual del mundo del toro, extrañas formas de sociedad, que bajo el parapeto de la persona jurídica van desde la clásica SL hasta la UTE, pasando por la SA, la SLU, incluso la cooperativa. El denominador común de estos engendros es que el común de los mortales no conoce de forma intuitiva quien anda detrás del rimbombante nombre seguido de las misteriosas siglas que el código de comercio impone.
Ya hemos padecido esta misma temporada los resultados de estos experimentos en que se mezclan, ganas de salir en los medios, dineros obscuros, intereses transversales y una desfachatez importada de otros sectores.
Suelen, a semejanza de lo realizado en cualquier otro negocio, exigir las plicas y pliegos de condiciones de las propiedades de las plazas de toros dos tipos de requisitos a priori, los primeros persiguen que la empresa adjudicataria acredite de forma indubitable la solvencia económica que permita llevar a feliz término y cumplir en el tiempo los compromisos adquiridos en las cláusulas del pliego.
El segundo conjunto de requerimientos viene dado por la necesidad de reputar la experiencia y conocimientos mínimos necesarios exigibles para el correcto desempeño de la actividad taurina que se va ejercer en el coso en cuestión. “Solvencia técnica” lo denominan algunas plicas.
Un auténtico vendaval supuso la irrupción en el 2005 de Sebastián Rodríguez López, SEROLO en acrónimo, acompañado de un impersonal Servicios Taurinos por delante y un legalista y clarificador SL cerrando cartel. La empresa que creó el matador de toros albaceteño y que ha gestionado, ha pretendido gestionar y gestiona plazas de la mayor importancia, Valencia, Alicante, Jaén, Albacete, Burgos, Aranjuez, El Puerto, Palencia… Pues hasta ese 2005 en que se le adjudica Valencia, al albaceteño que da nombre a la empresa, tenía por todo currículo una corta e infecunda carrera de matador de toros. En frase de un importante empresario, a pesar de su condición de matador de toros “no sabía de que iba esto”, alguien puede estar toda su vida cortando leña y no saber que es un bosque. Negocios de otro tipo lo encumbraron en la pirámide social y económica y quiso entonces dar el salto a la gestión de plazas de toros. Típico.
Se sirvió entonces de la figura de Justo Benítez, que “si sabía de que iba el toro” un hombre criado con el sueño bravo, matador con más de veinte años en activo, empresario con más de mil festejos mayores en su haber, apoderado de figuras del toreo, Soro, Palomo, Galloso, Juan Mora, Fernando Cepeda. En su haber de empresario la confección de ferias durante dos décadas, Gijón, Teruel, la Línea, Colmenar Viejo, Benidorm, Oviedo, Calahorra, Tafalla, Alcañiz... . La vida no se ha portado siempre bien con el maño de Utrillas, en su larga trayectoria empresarial han pasado las luces y las sombras, en su vida personal la vida le ha golpeado fuerte, En todo caso sus evidentes y demostrables experiencias y conocimientos eran indispensables para que Serolo pudiera aspirar a la gestión de plazas de toros de primer orden, sin pasar el fielato de los inicios en pueblos y portátiles. Las siempre malhadadas prisas en el toreo. Era Benítez, y lo vimos ejercer como tal, una pieza fundamental en la empresa de los Rodríguez.
Ahora, cinco años después de aquellas primeras concesiones, Justo Benítez anda desaparecido, no lo hemos disfrutado este año en El Puerto, no lo hemos visto en Albacete, cuando hemos acudido a Palencia o a Jaén, no lo hemos encontrado en los corrales, los desembarcos, no hemos tenido el placer de su charla e información privilegiada en las tascas de alrededor de la plaza. Lo llamábamos en cada ocasión y su voz sonaba apagada, alejada del mundanal ruido, se ve que en conversaciones consigo mismo, lejos de la gestión de las plazas en que aparecía como responsable de asuntos taurinos dentro del organigrama de SEROLO.
En El Puerto su ausencia se ha dejado notar, la gestión de SEROLO ha provocado unanimidad, los despropósitos de la gestión de la más que centenaria plaza han echado a la afición de sus gradas, ha creado desconfianzas en los profesionales, las críticas de la prensa, ha provocado una actitud incomprensible por parte de los veedores, aderezada con el pintoresquismo de los equipos presidenciales.
La liebre saltó en la, en buena hora, abortada concesión de la plaza de toros de Alicante a una empresa de nombre muy clarificador, Rodríguez López SL, Nueva Empresa en UTE con Sinta 2005 SL, en román paladino Serolo y ya no está Justo Benítez, ¿Es que ya no es necesario?.
Suponemos que ahora, muchas de las mesas de contratación y seguimiento de estas plazas, El Puerto Palencia, Albacete, se replantean las concesiones otorgadas, habida cuenta de que las sustanciales modificaciones de hecho y no sabemos si de derecho de las condiciones bajo las que se adjudicaron las plazas han sido arteramente modificadas por la concesionaria. Entidades públicas y privadas deben velar por el interés y buen fin de sus contratos, si pero además la fiesta necesita verdades y no mentiras o esa cruel forma de engaño que es la media verdad.
El criterio de solvencia técnica no aparece en las plicas como baremable sino estrictamente concursable, quedando fuera, teóricamente, las empresas que no pudieran acreditar esta experiencia. Por tanto, si en momento dado se adjudicó una plaza usando la trayectoria, el nombre y la firma de Justo Benítez y durante la vigencia formal del contrato se produce alguna circunstancia que provoca una modificación en la relación contractual entre la adjudicataria y la persona que aporta experiencia y conocimientos en materia taurina, parece lógico que el contrato devenga nulo de pleno derecho, al menos eso enseñan en las facultades del ramo.
Si SEROLO ya no cuenta con el asesoramiento de Justo Benítez, debería hacerlo saber a los responsables de aquellas plazas cuya gestión consiguió usando el nombre del taurino turolense, y estar preparada para la cancelación de los contratos. De igual forma sería exigible a estas plazas que confirmasen los extremos bajo los que concedieron la gestión a una empresa ante la evidente defenestración de Justo Benítez.
La salud de nuestra fiesta precisa de honradez y seriedad, y de todas aquellas personas que tienen algo que aportar no de artimañas de ingeniería taurina que desvirtúan la verdad del toro.
5 comentarios:
El Sr. Justo Benitez junto a su hijo se han venido a vivir a la localidad sevillana de Sanlucar La Mayor, gran profesional taurino y castigado por ser uno de los bohemios del toreo
Serolo debía aprender humanidad, Javier lo has clavado.
Santi desde Valencia
Se han cargado el Puerto, el año pasado estaba Justo y trajo el mejor cartel, a priori, de España, este año migajas.
SEROLO ha usado a Benítez, ahora no sirve y se lo carga, cosas de la vida
SEROLO=gONZALEZ DE CALDAS
Justo mejor que ni venga a ALBACETE ni a tomarse un vino, dejarnos a Sebastian que es un gran taurino y sabe lo que hace.
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