Gabriel Picazo corta un rabo en Rociana.
Triunfo de Gabriel Picazo y Paco Barroso ante el ganado de Cochaysierra.
Ficha En tarde de agradable temperatura, algo calurosa al inicio del festejo, un cuarto de plaza, festejo suspendido el 25 de agosto por lluvia. Siete novillos de Conchaysierra de buena presentación y juego destacando quinto y sexto, este último premiado con la vuelta al ruedo.
A caballo Gerardo Trueba, que sustituía al lesionado Moreno Orenes, silencio tras un recital con los aceros.
A pie Emilio Silvera ovación, Luis de Pauloba silencio, “El Gino” Oreja, Francisco Barroso dos orejas Gabriel Picazo dos orejas y rabo y el novillero Emilio Martín silencio.
Destacaron en banderillas Carvajal y Leperito ante el mirón segundo. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Odon Betanzos, hijo predilecto de Rociana del Condado.
La tarde que pudo ser y no fue en el mes de agosto se dio en este octubre de cambio climático y calores otoñales. Poco ambiente en la plaza, las razones muchas y diversas, jugaba el Recre con el Real Madrid, había toros en la tele, se abría la general en la cacería…, y al final ya saben que si en Madrid el torero que lleva más gente a los toros es San Isidro, en cualquier pueblo y en otra dimensión, fuera de feria es difícil llevar al público a los tendidos y Rociana no fue una excepción.
El legendario hierro de Conhaysierra cuya sangre y variedad genética el ganadero onubense José Luís García Palacios conserva aunque en línea paralela con una punta de ganado encaste Domecq, se dejaron en general pero presentaron dificultades que cada actuante resolvió como pudo y no siempre de la mejor manera.
Del mexicano Gerardo Trueba poco que decir salvo que no es quien mejor resolvió la papeleta del novillo que lidió, ni siquiera sacando un caballo castaño con el hierro de Pablo Hermoso de Mendoza enmendó una mala actuación que corroboro con el mal uso de los rejones de muerte.
Bien Silvera , en su línea, hizo parecer bueno a un toro reservón y probón; poderoso con la muleta en una faena desarrollada en el centro del ruedo y gustándose con el capote, mal con la espada lo que dejo el premio en una ovación.
Pauloba después de recibir con armonía y cadencia en los vuelos de su capote al cárdeno tercero, que en su pelo mostraba el encaste, no se acopló con la muleta y ante cada mirada del toro le dudaba y adoleció de un pasito, mal también con la espada.
El colombiano “ Gino” se mostró en el tono sudamericano, bullidor y variado con el capote, el toro protestón y exigente mostró las carencias y las ganas del torero que había brindado al maestro Víctor Puerto que se encontraba en la plaza.Tras estocada caída arrancó la primera oreja de la tarde.
La firmeza y el sentido de los tiempos y las distancias dieron un triunfo importante, de plaza grande, a Barroso ante el burraco que hacía de quinto, bien por ambos pitones, se pasó quizá un poco de faena y el toro acabo aprendiendo y buscando los tobillos. Dos orejas de peso para el choquero.
Siempre en estos casos la pregunta es obligada ¿tuvo suerte el torero con el mejor astado del encierro o cualquiera le hubiera servido al joven torero? La respuesta es que sin duda el sexto de la tarde y Gabriel Picazo dejaron los momentos más vibrantes de la tarde, su toreo con la mano izquierda, embarcando al buen novillo delante y dando una lección de suavidad y temple hasta soltarlo muy atrás fue lo mejor del festival. Tiene el madrileño un concepto y un sentido del torero que nos agradó en el primer festejo que le vemos, Brindó el toro a Luís de Pauloba y su rápido uso de la Tizona, le dio el único rabo de la tarde.
Emilio Martín torea poco y por eso quizá nos sorprendió en sus formas y facilidad de andar ante el que cerraba plaza. Tras una larga faena, el mitin que dio con los metales lo devolvieron al sitio de los novilleros que torean poco.
Acabó lo que empezó allá por el 25 de Agosto, se hizo largo pero no aburrido.
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