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viernes, 1 de marzo de 2013

PLAZA DE TOROS: EL CASTAÑO DEL ROBLEDO "HUELVA" Por Gilberto



La singularidad de la plaza del Castaño del Robledo es que está abandonada, su solar y sus gradas ocupadas por alcornoques de importantes proporciones, lo cual indica que el abandono no es cosa reciente.

La plaza no se reconoce a primera vista, y sólo una vez fijada la atención sobre ella, se empieza a apreciar, el ruedo conquistado por la hierba y los antiguos tendidos, arruinados y cubiertos de vegetación. También son reconocibles, las diversas entradas y restos de los corrales.

El conjunto ofrece la belleza romántica de la ruina. "El torero clavado en el suelo sostiene, a su alrededor, un círculo hechizado de ruinas".

La plaza se sitúa en el camino de entrada al pueblo, a una cierta distancia de éste, aunque en directa relación visual. Un pequeño arroyo y una zona más baja de huertas separan el pueblo de la plaza.

Las gradas de la plaza se apoyan sobre la ladera de una elevación topográfica; son de una pendiente pronunciada, muy altas, irregulares en planta y en número de gradas, según lo determina la adaptación a la topografía; son incompletas, también en planta; rodean aproximadamente la mitad del ruedo. La otra mitad, la que se construye sin apoyarse en las gradas, linda con el camino y se reduce exclusivamente a la barrera de mampostería de piedra. Esta disposición hace que sentados en las gradas los espectadores tuvieran el pueblo como fondo de su perspectiva de la corrida.

Hacia el lado de la pequeña montaña sobre la que se apoyan las gradas también se disponen dos puertas, a las que se llega por una calle, actualmente cubierta de vegetación que recorre, subiendo, el perímetro de la plaza. 

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