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sábado, 9 de junio de 2012

El Corpus del 1.966





La festividad del Corpus Christi del año 1.966 se celebró en la jornada del 9 de junio y, como era habitual en la época, la plaza de toros de Huelva acogió un espectáculo taurino, en esta ocasión, una corrida mixta, que no pudo concluir con más éxito porque el fuerte viento imperante durante su desarrollo impidió el triunfo de los actuantes en dicho festejo.


Para lidia ordinaria se contó con un encierro de Isaías y Tulio Vázquez, una corrida de categoría en cuanto a presentación y que tuvo fuerza para los montados y suave bravura y nobleza para los de a pie, por lo que fueron muy ovacionados en sus arrastres por el ruedo. Para rejones salió una res de Tomás Prieto de la Cal, bravo y de ágiles arrancadas.

Abrió plaza el catalán Joaquín Bernardó que se vio muy perjudicado por el vendaval existente y que le imposibilitó el lucimiento a pesar de sus intentos ayudándose con el estoque simulado. Dejó media estocada y un descabello, sonando un aviso, ante el que los tendidos reaccionaron con una fortísima ovación en honor del torero que, en su segundo, se lució al veroniquear al hilo de las tablas y, posteriormente, con la muleta, lucirse en unas series de redondos y naturales para concluir con unas arrucinas antes de matar de pinchazo y media y pasear la oreja concedida por la presidencia.

El venezolano Curro Girón le ganó la pelea al viento. Se lució al recibir con el capote al segundo de la tarde al que banderilleó con sus portentosas facultades. Inició su faena de muleta apoyado en el burladero e instrumentó cinco pases por alto para seguir con redondos y naturales antes de dejar media tendida y un descabello que le privó de trofeos. En el sexto de la tarde, volvió a lucirse con capote y banderillas antes de muletear con ambas manos, al son de la música,  para concluir de pinchazo y estocada. En esta ocasión, la presidencia concedió un trofeo que paseó entre ovaciones.

Luis Parra “El Jerezano” pasó con más pena que gloria en esta jornada. Su primero, un extraordinario toro, se marchó sin que le realizara faena alguna, entre las dudas del joven espada, que solo logró lucimiento en una serie de redondos. Mató de pinchazo, estocada tendida y un descabello y, ante la minoritaria petición de oreja, dio la vuelta al ruedo. En el que cerró plaza tampoco estuvo muy afortunado y necesitó de un pinchazo, una estocada  tendida y dos descabellos, siendo silenciado.



En el intermedio actuó el rejoneador lusitano David Ribeiro Telles, quien se lució con los arpones de recibo al bravo animal y en los tres pares de banderillas que dejó al cambio antes de dejar dos rejones. Terminó con el animal el sobresaliente, El Litri de Badajoz, que necesitó de una estocada y tres descabellos. El cavaleiro portugués paseó el anillo entre ovacione

Por Vicente Parra Roldán.

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