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domingo, 14 de noviembre de 2010

Un poquito de cultura general. La divertida boda-batalla de Manzanares

Según Beatriz Cortázar, en la boda de Manzanares se desató la guerra.

Por parejas, las batallas fueron Javier Conde versus Estrella Morente, Pepín Liria, de parte de Espartaco, con Fran Rivera, que aún tuvo tiempo de aclarar algún lío con Herrera, Carlos, por mor de Mariló.

Si lo se me apunto, que diversión.

Así lo cuenta la Cortázar en el ABC de casa de mis padres.

Si a José María Manzanares le avisan de que en su boda se va a hablar más de las broncas que de lo bien que resultó todo, no me extrañaría que en lugar de invitar a seiscientos amigos hubiera optado por hacer un enlace privado y dejarse de más historias. Para el torero fue el día más feliz de su vida. No en vano se casaba con la que es su novia desde hace más de doce años, Rocío Escalona, una guapísima alicantina que parece un calco de Belén Rueda pero con la piel más lustrosa. Fue lo que se dice una boda tradicional y de final feliz. El enlace religioso se hizo sin exclusivas ni mercadeos, con todos los seguidores del diestro felicitándole en la puerta y con los medios como testigos de la unión. La novia llegó radiante del brazo de su padre (un cirujano plástico muy conocido) y con un diseño de lo más romántico firmado por Manuel Mota para Pronovias.En la puerta del templo la esperaba Manzanares con su chaqué de Zegna y del brazo de su madre. Juntos vivieron emocionados el Sacramento que tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando el cantante Manuel Lombo interpretó la Salve rociera. Tras la ceremonia hubo banquete en el hotel Asia de Benidorm con aperitivos japoneses y todo tipo de arroces, amén de la famosa gamba roja de la zona. Actuaron Los Alpresa y la nueva apuesta de Alejandro Sanz y Pepe Barroso, Ilía, y se cortó la tarta nupcial con el sable de rigor. Y hasta ahí lo normal. El resto de la historia resulta mucho más turbio o truculento ante la cantidad de broncas o discusiones que se vieron por los corrillos, algunas confirmadas otras desmentidas, pero con suficientes ingredientes como para hacer caso a cuantos hablan y no paran. La bronca Conde-Morente De todo lo que se ha dicho lo más fuerte fue la bronca que mantuvieron la cantante Estrella Morente y el torero Javier Conde en la habitación del hotel. Según ha confesado el diestro (obligado por las circunstancias tras saltar el escándalo en «Sálvame») fue al regresar a la habitación donde le esperaba su mujer cuando mantuvieron una agria discusión.

Conde siguió la juerga con unos amigos en otra zona del hotel y Estrella no le esperaba dormida, sino con el rodillo en la mano dispuesta a cantarle las cuarenta. Gritos, muebles que se lanzan, jaleo y vecinos de planta que no pueden dormir y hasta se asustan de lo que está ocurriendo. Eso es al menos lo que le pasó a Cristina Tárrega, que estaba cerca de su habitación y llamó a recepción preocupada. En el hotel optaron por llamar a la policía. Los agentes se personaron en el dormitorio del matrimonio y, tras comprobar que los dos se encontraban bien, se fueron como vinieron. Conde les aseguró que era una discusión privada y Estrella dijo que no tenía nada que denunciar. Los reproches de Pepín Liria La policía se fue, pero el escándalo ya estaba en las mesas del desayuno cuando a la mañana siguiente casi todos los invitados se enteraron de lo que había pasado. Esa fue la más gorda. De otro calibre fue la conversación que mantuvieron Francisco Rivera y Pepín Liria. Según testigos presenciales, Pepín le recriminó a Fran su amistad con la esposa e hijas de Espartaco, y más en los duros momentos que atraviesa la familia, con un proceso de divorcio en marcha.

Cuentan que Liria le dijo algo así como que «eso entre toreros no se hace» y que incluso Espartaco no acudió a la boda de Manzanares tras enterarse de que iba a encontrarse con Rivera. Así están las cosas de mal. Lógicamente, ninguno de los dos va a querer añadir nada, y menos a los medios, pero eso no quita que el resto de personas que estaban presentes cuenten lo que pasó. Lo que ya es leyenda urbana es que Fran también discutiera con Carlos Herrera tras bailar con su esposa. De entrada porque fue en la última Feria de Abril cuando bailaron una sevillana y ha llovido suficiente como para acordarse de esos pases.

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