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lunes, 15 de noviembre de 2010

Precioso artículo de Antonio Risueño en la tribuna.net

MATAN POR EL JULI

Tengo dos amigas, bueno, tengo más afortunadamente. Me refiero a dos muchachas treintañeras, rubias y flacas, trabajadoras como lobas y limpias como los chorros del oro. Las dos pegadas al paquete de tabaco y al abrigo y al calor de su familia, sus afectos y sus amigos. Una pinta con palabras, de sus dedos salen y han salido miles de noticias para todos; noticias, opinión; lo que haga falta, lo suyo es comunicar; la otra tiene un Bar. Un entrañable bar de pueblo, al final de unas escaleras en La raya de Portugal, donde reparte a partes iguales bebidas, sonrisas, escuchas comprensivas y esa calidez humana que a los humanos tanta falta nos hace; la barra es su cárcel y su plataforma de acción y de vida.

Una compuesta y sin novio, otra compuesta y con él. Forman parte de esa imprescindible galaxia de personas que rellena los vacíos de más vidas de las que a ellas les parece. Con tanto como se parecen no se conocen. Pero lo que más me hace recordar una de la otra es que cuando hablamos de toros, que no le toquen al Juli. Es curioso que utilicen los mismos argumentos, hasta hagan los mismos gestos a la hora de defender al rubio torero madrileño. Una le conoce personalmente, estuvo años en su equipo de trabajo, la otra no tiene pensado. Pero a todos nos apasiona lo bueno que cada persona lleva dentro. Y a mis amigas les apasiona la capacidad de sacrificio, el oficio bien aprendido, las habilidades aprendidas y desarrolladas para lo que trae entre manos. Y esa humildad de que parece que no ha hecho nada al rematar una serie yéndose de la cara del toro, o al terminar una temporada llena de triunfales puertas grandes y de faenas épicas. Con esos toros y esos toreros, otro gallo le cantaría a la fiesta. Estoy seguro que se apasionan por él, porque los tres saben salir de las cornadas sin aspavientos, dejando que duelan y curen. Y no hacer esfuerzos por hacerse el gracioso, cuando no se cae en gracia. Porque el triunfo más grande es el que uno siente crecer dentro.

Cuando te hablan de su torero se está identificando con él. Están disfrutando de todo y están encontrando razones válidas para continuar dándole sus naturales y derechazos particulares a la vida. Ahora entiendo por qué estas dos matan por El Juli.

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