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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Chamaco ya es eterno.

Chamaco ya es eterno.
El matador de toros retirado falleció en la tarde de ayer en su hogar onubense.

El corazón del diestro onubense, Antonio Borrero Morano “Chamaco” dejó de latir en la tarde de ayer. En torno a las tres de la tarde la noticia corrió como un toro manso por los burladeros del toro de Huelva. La noticia, no por esperada, impactó en los círculos más allegados al propio Antonio Borrero, Su hijo Juan se desplazó desde Sevilla y Antonio tampoco tardó en llegar tras esperar a familiares que viajaban desde fuera de nuestra provincia.
En su casa de Vázquez López, en la plaza aledaña al Gran Teatro, acompañado de su abnegada esposa, Doña Carmen Borrero y tras sufrir el pasado sábado un repentino empeoramiento en el desarrollo de su larga y penosa enfermedad diagnosticada hace más de una década, en torno a la dos y media de la tarde y en la cama murió el torero que tantas tardes había desafiado a la muerte y tan cerca había estado de sufrirla en el ruedo en alguna de sus numerosas y graves cogidas.
El alzheimer se ha llevado por delante la vida tras haber arrebatado hace tiempo la memoria, los recuerdos y las ganas de vivir de este personaje singular y único.
Desde el mediodía de ayer la mansión familiar fue un continuo pasar de allegados, amigos, gentes del toro y en general de la sociedad civil onubense que quisieron dar las naturales muestras de apoyo a la familia del maestro. El teléfono era transmisor de palabras cariñosas llegadas de todas España donde la muerte del onubense ha abierto telediarios y programas especializados. Su familia más cercana, su esposa, su hijo Antonio, Tono, matador de toros y el menor de los Borrero, Juan, han querido despedirse del progenitor en la intimidad del que fuera último hogar del diestro.
Las muestras de condolencia y apoyo han sido continuas, profesionales del toro como Jorge Buendía o taurinos como Francisco Leandro, hijo de su hombre de confianza Pepe Pirfo, Pedro Macías , Manuel Martín Pérez , José Ángel Ruciero, Vicente Parra, los chamaquistas de siempre como Jorge Mancheño, Cipriano Díaz, el ganadero Marcelino Acosta, Lourdes Casillas, la familia Borrero al completo y un continuo trasiego de onubenses que querían dar la última ovación al torero que descansaba en una habitación aledaña al salón principal del palacete cuyo ventanal recibe la luz del Gran Teatro
Mañana y a las cuatro y cuarto de la tarde se celebraran los funerales tras los que se procederá a la incineración y en el cementerio de la capital onubense del cadáver del que fuera revolucionario del toreo en la década de los cincuenta. DESCANSE EN PAZ

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