Cabeza la Vaca (Bádajoz) con lleno en los tendidos, tarde de excelente temperatura. Corrida retransmitada en directo por Canal Extremadura.
Dos toros de rejones de Guillermo Acosta, desiguales de hechuras y de buen juego, en especial el tercero de la tarde. Cuatro toros de “El Trébol”, de excelente presentación por detrás, manseando y de escaso juego, el segundo infumable, tercero incierto, quinto que se dejo y sexto parado y complicado
Rejoneador Rui Fernandes : Ovación y dos orejas
“Paquirri” de azul electrico y oro Pitos y dos orejas
Ambel Posada: de azul eléctrico y oro oreja y oreja.
Tarde de toros retransmitida por el canal autonómico extremeño. Lleno aparente. Abría plaza un muy entregado Rui Fernándes que marcó cumbres con Vivaldi, Lupi y Ribatejo. El primero tardó en morir lo que hizo perder los trofeos al portugués, que mató mal a ambos toros, y mostró una cuadra de magnífica presentación y muy puesta.
Paquirri enlotó en primer lugar un cinqueño de su propia ganadería de aviesas intenciones, esperando a los rehileteros, sin entregarse en el peto y sin querer pasar por los engaños, la mala forma de ejecutar la suerte suprema encrespó los ánimos de estos bendito cabezavaqueños. El segundo de su suerte se dejó más y el madrileño le dio fiesta desde banderillas, muletazos, desplantes, adornos una estocada y dos orejas.
Santiago Ambel Posada mostró sus buenos cimientos ante dos enemigos inciertos, que cambiaron de son durante la lidia y que mansearon, sólo la disposición del pacense, su conocimiento de los terrenos y la firmeza de sus engaños por ambos pitones lograron sacar agua del pozo escaso, en dos faenas desiguales, la segunda brindada a Antonio Girol, pero firmes y de esperanza para el personal toreo que atesora el torero de dinastía.
Tarde de toros retransmitida por el canal autonómico extremeño. Lleno aparente. Abría plaza un muy entregado Rui Fernándes que marcó cumbres con Vivaldi, Lupi y Ribatejo. El primero tardó en morir lo que hizo perder los trofeos al portugués, que mató mal a ambos toros, y mostró una cuadra de magnífica presentación y muy puesta.
Paquirri enlotó en primer lugar un cinqueño de su propia ganadería de aviesas intenciones, esperando a los rehileteros, sin entregarse en el peto y sin querer pasar por los engaños, la mala forma de ejecutar la suerte suprema encrespó los ánimos de estos bendito cabezavaqueños. El segundo de su suerte se dejó más y el madrileño le dio fiesta desde banderillas, muletazos, desplantes, adornos una estocada y dos orejas.
Santiago Ambel Posada mostró sus buenos cimientos ante dos enemigos inciertos, que cambiaron de son durante la lidia y que mansearon, sólo la disposición del pacense, su conocimiento de los terrenos y la firmeza de sus engaños por ambos pitones lograron sacar agua del pozo escaso, en dos faenas desiguales, la segunda brindada a Antonio Girol, pero firmes y de esperanza para el personal toreo que atesora el torero de dinastía.
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