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sábado, 5 de septiembre de 2015

Cayetano Rivera ORDÓÑEZ, se lleva la Goyesca

Así lo cuenta Cope
Más allá de los trofeos que se corten, la tradicional goyesca de Ronda es un espectáculo en sí mismo, por todo el ambiente que la rodea.

La edición de este año se anunció en principio con un cartel "monstruo" de ocho toros y con Francisco Rivera 'Paquirri' a la cabeza del cuarteto de matadores, pero la gravísima cogida que sufrió en la plaza de Huesca le privó de comparecer en la ciudad del tajo.

Finalmente, la corrida se quedó en una terna y, aunque el número de trofeos diga lo contrario, hubo pocas faenas estimables a unos toros que, salvo alguna honrosa excepción, dejaron mucho que desear.

Morante de la Puebla puso una de las notas de la tarde ya antes de enfrentarse al toro, pues apareció en el paseíllo con un traje de dos colores: chaquetilla bermellón y pasamanería blanca y taleguilla celeste con hilo negro, en una combinación que ya utilizó el propio Antonio Ordóñez en alguna ocasión en la goyesca.

En lo estrictamente taurino, su labor ante el primero fue silenciada ,aunque anduvo con gusto el sevillano con el ejemplar de Núñez del Cuvillo, que, como sus otros dos hermanos, estuvo muy por debajo de la presentación deseada.

Con el cuarto de la tarde, de Juan Pedro Domecq, Morante volvió a dejar brillantes pinceladas pero lo poco que logró lo perdió con la espada, por lo que todo quedó en una ovación en su balance.

José María Manzanares, cuya presencia estuvo en un hilo hasta última hora a causa de una lumbalgia, salió triunfante de su comparecencia rondeña después de que se le dieran dos orejas de su primero por una faena sin mucha enjundia pero muy agradecida, pues se gustó y toreó con la mano baja, aunque con escaso ajuste.

Brindó la muerte de este toro a Francisco Rivera y aprovechó las facilidades que le iba dando el animal, al que administró bien los espacios y los tiempos. Ante el quinto, el de Alicante paso inédito con la capa para luego, sin obligar al toro, ligar series cortas rematadas con una gran estocada.

Cayetano firmó la faena más destacada de la tarde ante el toro "Señorito", un buen ejemplar de Juan Pedro Domecq que fue premiado con la vuelta al ruedo y con el que dejó momentos de mucha torería y elegancia, disfrutando en la cara del enemigo, lo que se tradujo en el corte de dos orejas y una fuerte petición de rabo.

El mismo premio se llevó de su primero, con el que estuvo menos contundente pero también con momentos destacados, como en el recibo del toro a portagayola o en las tandas de rodillas con la muleta.

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