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sábado, 4 de julio de 2015

Patricia Navarro (La Razón) habla con Arroyo, Morante, Perera y Talavante sobre las prohibiciones de los toros

La cita es en Madrid. En el mítico hotel Wellington, confesor de miedos y desvelos como antesala de la gloria o el fracaso. No fue nunca el toreo de términos medios. Padece ahí el artista. El hombre. La vorágine de la temporada convierte en un casi imposible el encuentro. Morante de la Puebla viene de San Sebastián. Esa misma mañana y de cara a la Concha se han presentado los carteles de la Semana Grande de 2015. Bien lo merecía el evento. Supone el regreso de la Tauromaquia tres años después de que Bildu se encargara de manera unilateral de quitar los toros. No defrauda su puesta en escena: sombrero, camisa estampada y pantalones de color. José Miguel Arroyo «Joselito» hace doce años que vive en el retiro. Doce menos uno. El año pasado se dio el gustazo de volver por un día. Torero por siempre. Y figura. Ahora en las tareas de campo para sacar su ganadería adelante, El Tajo y la Reina. Lidia en Pamplona, sin ir más lejos. La Fiesta del toro, una religión para propios y extraños, un caudal imponente de impacto económico dejan los Sanfermines en Pamplona, y eso que Bildu acaba de entrar en el poder. Alejandro Talavante llega el primero, viene de casa, en el campo de Extremadura, y Miguel Ángel Perera culmina una jornada sinfín. Son las siete de la tarde. La misma hora a la que se celebran las corridas de toros, en Madrid, por ejemplo, en esos 31 días de San Isidro, que todavía quedan próximos en la memoria. Pero hoy no es el día del miedo. Una tregua en el camino. Un pequeño oasis en una temporada de viajar de aquí para allá, dormir en el coche y volver a jugarse la vida sin apenas dar tiempo a recobrar el aliento y poner en orden el cuerpo, maltrecho a veces e inquietante ante la certeza de exponerlo de nuevo. Están convocados El Juli y José María Manzanares, pero de una manera u otra, presentan parte de baja. Enrique Ponce hace lo imposible por estar, mas se descuadran las agendas a última hora. Nos sentamos a hablar con los toreros justo detrás, casi escondidos, de una falsa librería monumental del Wellington que nos devuelve la paz. Hace apenas un mes que se celebraron las elecciones autonómicas y del ayuntamiento. Por todos es conocido el caos que han dejado los pactos para llegar al poder con acuerdos en otras épocas insólitos. Nos enfrentamos a los cambios. Una agitación política que amenaza, una vez más, la integridad de una tradición ancestral. «Nosotros somos profesionales, artistas, y la política poco tiene que ver en esto, pero las reglas las ponen ellos. Igual tienen razón con sus propuestas, pero qué menos que escucharles y que nos escuchen. El mundo se compone, o se debe componer, de personas con sentido común y no dictatoriales», rompe el hielo José Miguel Arroyo.

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http://www.larazon.es/toros/ahora-esta-de-moda-estar-en-contra-de-los-toros-BI10185037#.Ttt1aWTrNvamjH1

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