Antiguo alumno de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, el arranque del madrileño fue precoz y triunfal. Un esperanzador inicio como becerrista y novillero sin caballos –finalista de la Escuela de Madrid en 2009 y Zapato de Plata de Arnedo en 2010- le llevaron a debutar con picadores en Barcelona, bajo la protección del empresario Tomás Entero, junto a Jesús Fernández y Conchi Ríos, para lidiar un encierro de María del Carmen Camacho. Cortó esa tarde al sexto novillo la primera de las 59 orejas que jalonaron su primera temporada con los del castoreño, un año exitoso que incluyó su presentación en plazas como Málaga o Sevilla, aparte de un final de curso para enmarcar, con triunfos en San Sebastián de los Reyes, Guadarrama, Moralzarzal, Zaragoza y, sobre todo, Arnedo, donde se hizo con el preciado Zapato de Oro.
Al año siguiente toreó tres tardes en Madrid y cortó una oreja a un novillo de Palla, y salió por la puerta grande de las ferias de novilladas de Navacerrada, Villaseca de la Sagra –cortó seis orejas- Arganda del Rey y Arnedo. A principios de la temporada de 2012 logró un trofeo en Valencia y otro en Castellón, antes de tomar la alternativa en la feria de Sevilla de manos de Morante y con el testimonio de Manzanares. Esa tarde obtuvo una oreja del toro de la ceremonia aunque resultó herido a la hora de matar, lo que le impidió lidiar al sexto.
Confirmó la alternativa en la feria de San Isidro el 14 de mayo de 2013, con el abrazo de El Cid y el testimonio de Daniel Luque, con toros de Puerto de San Lorenzo. También toreó en la feria de Sevilla y en Pamplona y volvió a hacer el paseo en Las Ventas. El pasado año dio una vuelta al ruedo y a punto estuvo de cortar una oreja en Madrid, y aunque no sumó muchos contratos demostró una gran evolución.
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