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miércoles, 29 de abril de 2015

Manolo González: clase contra viento y marea La historia del hierro de Aracena en la revista de Las Ventas

Poseer un cortijo y una ganadería brava ha sido siempre el máximo sueño de todos los aspirantes a figura del toreo. Pocos lo lograron, y entre ellos casi ninguno llegó a triunfar también como ganadero. En esta reducida élite, figura con letras de oro el nombre de Manolo González. 

La suya fue una apuesta sobre seguro, pues compró parte de la vacada de Carlos Núñez cuando ésta se encontraba en la cumbre. Pero el maestro sevillano consiguió algo tan difícil como mantenerla al mismo nivel a lo largo de los años y adecuarla a las exigencias de un tiempo en el que se pidió un toro mucho más grande que antes. Así pasaron más de dos décadas de triunfos en todas las ferias y con todas las figuras, por encima de la inquina persecutoria de los sicarios del "torismo". Esto no cambió, pero sí lo hicieron las circunstancias familiares y los gustos de los toreros, hoy cerrados obsesivamente en una sola casta. Sus hijos continuaron la obra, añadiendo después reses de origen Torrestrella. La ganadería se redujo, y aunque los toros seguían embistiendo, el mercado se cerró. En medio de la crisis y las zancadillas, el año 2013 el toro Costasol reivindicó la gran categoría de la vacada en Las Ventas, plaza en que los González siempre han dado la cara. Hoy continúan contra viento y marea, fieles a su estilo, categoría y personalidad.

Leer completo en 
http://www.las-ventas.com/r_taurodelta/65/manolo_gonzalez.pdf

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