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domingo, 28 de diciembre de 2014

Las garrapatas del toro de lidia provocan en los profesionales el síndrome de STOLTA (amnesia, impotencia sexual y egoismo recalcitrante

Un grupo de  patólogos víricosencabezados por el doctor Francisco Nicolas. decano emérito de la facultad de medicina de Huelva, y a través de estudios realizados en el CHARE de la Costa Occidental ubicado en Lepe, han comprobado que la garrapata bovina, científicamente conocida como ixodoidea obesa, de la superfamilia de ácaros, provoca en profesionales taurinos  la enfermedad de Lyme y el sindrome de STOLTA

Según queda demostrado en los estudios de laboratorio realizados, las garrapatas en combinación con el traje de luces, especialmente aquellos bordados en oro, y en menor casuística los adornados con plata,  por su  calidad de ectoparásitos hematófagos (se alimentan de sangre) son vectores fundamentales  de numerosas enfermedades infecciosas entre las que destacan el  STOLTA y la Lyme

La vía de transmisión fundamental de infección de este mal para los profesionales del toro es el contacto continuado con los apéndices peludos tras la entrega en la plaza de las orejas y rabos tras los triunfos. Orejas que, según el estudio, en los últimos años han aumentado de tamaño de forma descomunal e inversamente proporcional al tamaño de los pitones de los toros que torean dichos profesionales.La segunda vía de contagio, el contacto directo, sólo se producen en contacto con un infectado y el contacto con la garrapata orejera en los valles de los ríos de interior.

Es significativo que un torero como Curro Romero, que odiaba los despojos, no presente ningún síntoma de la enfermedad.

El denominado STOLTA ("Síndrome del torero al otro lado del telón de acero") cursa en forma de epidemia suave, con afectados en pequeños grupos ( G-10 o 5- T, algunos casos en la UNPBE...) 

Los síntomas de esta enfermedad, son fiebre taurina, dolor escrotal continuo en presencia de periodistas no amigos, amnesia absoluta de todo el que le ha ayudado y no le puede ayudar mas, egoísmo recalcitrante ante empresarios arruinados y aficionados cariñosos, risa nerviosa ante plazas de toros vacías, fatiga crónica para acudir a recoger premios, malestar general en presencia de encastes distintos al Domecq, falta de torería generalizada y, lo más grave, impotencia visual de grado tres y disfunción orgásmica  que cursa en forma de "Yo no lo veo" o "no me sale de los cojones"

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