Páginas

viernes, 28 de noviembre de 2014

Ponce y Amoros torean en Cadiz en los Díalogos de la Voz


«Decía John Keats que algo hermoso es una alegría para siempre».Andrés Amorós parafraseó al escritor inglés para referirse a la belleza eterna que puede nacer de una buena faena frente a un toro. el valenciano Enrique Ponce, en la primera cita del Ciclo de Diálogos de LA VOZ, que acogió la Casa Pemán de Cádiz en el décimo aniversario del periódico.


«El toreo es el arte entre las artes», continuó Enrique Ponce, que acaba de volver de un viaje a América, donde ha recibido por sexta vez el escapulario de oro de Lima. «La fusión entre el toro y el torero es la mejor pintura, escultura u obra de teatro que puede existir. Me gusta pensar en el toreo como algo bello, hay un hombre jugándose la vida, sí, pero ante todo es un arte, se crea una belleza sublime.
No hay nada que pueda superar un muletazo a compás, un pase de pecho, o un faena completa, es un flash que se queda grabado para siempre en la memoria», reflexionó el diestro. Y más sentencias que afianzan el sentido plástico de la lucha entre el animal y el hombre en un ruedo. «Decía Salvador de Madariaga que la tauromaquia participa de todas las artes, ella misma es en sí una obra de arte», además de ser inspiración de otras creaciones artísticas para la posteridad.
«No hay nada parecido en colorido, belleza y verdad. Es algo mágico y grandioso que no se sepa lo que va a pasar. Un hombre va a crear una obra de arte con un animal mientras se juega la vida en ello».
«Y además es un arte con un material que es único, que es el toro bravo. Feroz, desconcertante, pero de gran nobleza que permite que lo manejen con un trapito», reforzó Amorós.
 «Los ganaderos han conseguido crear el toro bravo, que antes era un animal fiero. Algo que por no ser por las corridas, el toro bravo no existiría. Ha sido el toro el que ha marcado la evolución del toreo. Cada vez se ha ido buscando la perfección del arte del toreo y cuando crees que no se puede llegar a más, pasa».
«Ser torero lo siento desde lo más profundo de mí, «quiero seguir aprendiendo y me moriré torero». Junto a Amorós, reflexionó a cerca de la valentía que se le presume a quien se enfrenta al animal.
«Además del valor, el toreo se sostiene de la técnica, como cualquier otra disciplina artística. No tiene nada que ver la técnica con el arte en el sentido de la emoción, pero es fundamental para torear bien», destacó. «Sólo cuando dominas la técnica, puedes romperla y hacer una revolución», apuntaló Amorós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario