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martes, 7 de octubre de 2014

Lo que dice Emilio Trigo en Cultoro de David de Miranda en Zaragoza

Foto Rios Aplausos

Lo recibió el onubense con muy buenos lances ante un novillo con 510 kilos, que acometió buen de inicio en su capote. Se expresó David de capa, y posteriormente cumplió en sus dos entradas. Brindó Miranda al público un animal que fue bien dosificado en varas y llegó con movilidad al último tercio.  Siempre ayudó el novillero a tirar hacia adelante a su novillo, enseñándole el camino, y el de Los Maños respondió empujando. El de Huelva tiró de talante y actitud descarada ante el novillo desclasado. Cogió ambas manos con sentido, imprimiendo temple y gusto: un novillero de acusada personalidad y valor que planteó una faena muy cabal. El natural, siempre ofreciendo el engaño y adelantándolo y llevándolo muy atrás. Espadazo final, petición de oreja no atendida y vuelta al ruedo.
El quinto fue un novillo de confirmación mexicana: cara recogida, pitones pequeños y cuerpo de hombre. Deslucida fue la condición del lucero, sin aparente maldad pero siempre mirando y levantando la cara entre muletazo y muletazo, aunque obedeciendo al toque. Tu nobleza pero acusó su sosería. Fiel Mirada, pues anduvo en su forma de concebir la tauromaquia, muy quieto y con formas de mando, pero sin oponente digno delante. Pisó terrenos comprometidos, iniciando faena de forma vibrante a pies juntos en el tercio. Sacó su instinto andarín el de Los Maños, y se vino a menos. Destacó la actitud de David, en ningún momento contagiado de la sosería del animal. Silencio.

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