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viernes, 1 de agosto de 2014

Reñida final entre clase y raza. Aguado, Serna y Carballo en la final del ciclo de promoción de La Maestranza de Sevilla


La Dama de los Leones

Pablo Aguado fue proclamado vencedor en la final del ciclo de novilleros sin caballos en la Real Maestranza

            El gran ambiente vivido este jueves en la Maestranza, en la final del ciclo de novilladas sin caballos, pocas veces se ha visto en esta temporada sevillana. Con la plaza casi llena, se palpaban las ganas de triunfo de los chavales que se habían ganado a pulso su lugar en esta última novillada del Parralejo, algunos muy arropados con sus peñas y vecinos, y sobre todo el pique entre los dos sevillanos, que esto también es bonito. Finalmente se impuso la clase y el empaque de Aguado y al computar los dos festejos, quedando en segundo lugar el arrebato y la raza de Carballo y en tercero la buena estética y el valor de Serna.

            Pablo Aguado lidió en primer lugar a un eral mansito pero que metía la cara en la muleta con armonía, clase y humillando. Con el capote destacaron algunas verónicas y un buen quite de Serna. Le plantó la muleta el sevillano y dibujó preciosos remates, un pase de pecho de cartel, estéticos naturales y unos ayudados finales con sabor en una faena con altibajos, que le varlieron una oreja. El cuarto fue un animal que frenaba al llegar al embroque poniéndolo en apuros en la puerta de chiqueros, donde lo recibió. Calentó al personal con faroles de rodillas rematando con una media sensacional, que hizo sonar la música y puso a todo el mundo de acuerdo. Lo entendió en el trasteo pero quizás algo tarde, no obstante su clase y su cabeza dominaron las complicadas embestidas del burraco. Mató a la segunda, sonó un aviso y fue ovacionado


            Carballo tiene raza, disposición y ganas, que son las principales actitudes que se le puede pedir a un novillero. Él está en novillero, eso está claro, y lo demostró en Sevilla. Su primero fue un ejemplar con carbón y el extremeño recibió una voltereta en una faena algo acelerada pero con detalles sobre todo por el izquierdo. Al sexto lo esperó a portagayola, donde lo recibió de espaldas y le pegó una revolera de costado. Lo lanceó con suavidad con la capa y con la franela metió los riñones y se asentó ante un eral con chispa y transmisión. Su arrebato le arrancó la oreja del animal, metido en kilos, que pudieron ser dos pero el palco negó la segunda.

            Serna, que ya lleva en su corto bagaje una Puerta del Príncipe, también se fue a la puerta de chiqueros pero el tercero lo ignoró literalmente, no obstante en su encuentro le pegó tres largas cambiadas vibrantes. El sevillano tiene valor, además de oficio, y lo dio cuenta de ello ante un eral con alguna complicación en una faena asentada por ambos pitones. Tras una buena estocada, dio una vuelta al ruedo y el palco se llevó bronca al palco al negar la oreja pedida con fuerza. El quinto, un novillete en toda regla, fue el más complicado de la noche. Brindó su muerte a su padre, el cantante González Serna, le plantó su muleta planchada y asentó la zapatillas ante un ejemplar que le dio pocas opciones. Sonó el aviso y fue ovacionado.

            Qué bonita está la Maestranza llena, sobre todo en una noche de emociones, de afición, de no dejarse ganar la pelea, de quites y de ganas, una noche que demuestra que cuando los precios son adsequibles y los novilleros mueven al personal la Fiesta se hace más grande y ése debe ser el cometido de todos los aficionados, de los taurinos y de los que se ponen delante, lleven mil corridas a sus espaldas o no hayan debutado con caballos. Tomemos nota.

Ficha técnica:

Plaza de Toros de Sevilla.Final del ciclo de novilladas de promoción. Erales del Parralejo bien presentados, encastados y de distinto juego. Los mejores el primero, el segundo y el sexto, los demás más complicados.

Pablo Aguado, oreja y ovación.
Rafael Serna, vuelta al ruedo tras bronca al palco por fuerte petición y ovación.

Juan Carlos Carballo, vuelta al ruedo y oreja con petición.

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