Fotos Gilberto. teto Joaquín Mañes |
Noche agradabilísima en Valverde del Camino, el coso de la
calleja de los carpinteros lucía hermoso acicalado para sus fiestas. Su ruedo y
tendidos repleto de paisanos, el cielo brillante de estrellas y la luna como
testigo de excepción. Un nuevo pregón taurino, y van veintiséis, era el motivo
de tan concurrido público pues aún los chiqueros están despoblados.
Inma León, en quién recaló el honor de pregonar la cuasi
bicentenaria costumbre de lidiar toros en la bella localidad onubense, encandiló
a los presentes con su arrebatadora personalidad y su profundo amor a la fiesta
nacional. Como Figura que es, no dudó de presentarse con la mejor cuadrilla
posible. Su profesor, pero sobretodo su gran amigo Juan Carlos Gil, fue el
encargado de presentarla ante los valverdeños en la noche de su estreno como
pregonera. Arropándola en el escenario, artistas que como ella han participado
en la sublime obra de su hermano José, Que dios reparta suerte, que hicieron
del pregón no un mero discurso poético sino una verdadera explosión de arte
para todos los sentidos.
Desgranó la pregonera sus raíces taurinas, pues conoció de
primera mano la dureza del toreo, los triunfos y desencantos de la mano de su
citado hermano que lucho por ser figura del toreo en sus años mozos. Lo que
comenzó siendo el sueño alocado de su hermano se fue convirtiendo en la gran
pasión de la pregonera y así fue dejándolo patente en los distintos compases
del pregón.
Como buena periodista se acercó a la fuente de información,
y nos narró la cariñosa conversación que mantuvo con la plaza en una mañana del
mes de julio. Ésta traslado a la pregonera sus anhelos e inquietudes.
Recordaron los comienzos, las tardes de gloria y las tardes en las que tuvo que
abrir las puertas que siempre quiso dejar cerradas, las de la enfermería.
Grandes figuras del toreo han pasado por Valverde en sus casi doscientos años
de historia y muchas ilusiones se vaciaron en su ruedo como bien le traslado la
bella plaza de los arcos a su pregonera.
Enorme fue el recuerdo a los toreros caídos en el ruedo y
sublime la bella exaltación de la fiesta que acompasó a los sones de Suspiros
de España. Las sorpresas musicales se sucedieron embebiendo al público en una
noche para soñar con el toreo.
Alentó a los presentes a disfrutar de la feria taurina de
Valverde llena de contenido, y cerró su amorantada faena con un mensaje claro
de optimismo para todos los que disfrutan de las embestidas de un toro en la
plaza. La fiesta de los toros en Valverde está más viva que nunca. Sobre todo
porque en este 2014 se ha embriagado de la pasión, la entrega, la juventud y la
personalidad de su pregonera.
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