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miércoles, 30 de julio de 2014

Así hicimos la presentación de Carlos Crivell en el pregón de Colombinas 2014

Foto Huelva Información
Buenas noches. Alcalde. Resto de autoridades civiles y militares,  miembros de la Tertulia cultural Miguel Báez “Litri”, Carlos, Pregonero, aficionados, amigos, onubenses,  sevillanos, en general  gentes del mundo del toro y del mundo civil que estáis en este patio del viejo matadero para hacer la segunda cosa más importante que se puede hacer en este mundo, “Hablar de toros”, la primera, ya sabéis, es “ponerse delante”
Buenas Noches. Hoy estoy aquí para presentar al pregonero de las Colombinas 2014. Un honor, un honor grande porque es un honor para quien es pequeño presentar a quien es grande,  un honor por que es un honor que Carlos Crivell este en nuestra trinchera y sea de los que da el paso y enseña el pecho para chulear de taurinismo y un honor, por que es un honor grande  para le gente del toro que desde hace un cuarto de siglo, las fiestas mayores de nuestra  ciudad se inicien con un pregón taurino.
Los toros de esta forma imprimen carácter a una ciudad,  dan  sentido, anclaje en el pasado y visión de futuro a Las Colombinas, cuyos ancestros, más allá de representar la singladura heroica camino de las indias de los marineros de la tierra, en los barcos de la tierra, con las verdades sabidas por los viejos de la mar de esta tierra,  con el almirante valiente al mando. Más allá de representar el deseo de diversión y solaz de un pueblo sencillo y noble, más allá de lo somero,  las Colombinas, la vida en Huelva, es el  afán  indeleble de un pueblo por  encontrarse consigo y sólo a través de la manifestación cultural más pura y genuina como es la fiesta brava se puede dar sentido a esa búsqueda eterna.
Enhorabuena tertulia cultural Miguel Baéz, Litri y ayuntamiento por vuestra elección, Es Carlos Crivell un pregonero oportuno, sabio, cercano, con perspectiva. Si, ya se que os habrá criticado algún lugareño obtuso  por elegir a un “miarma”,  ya saben, la forma en que se ha dado en llamar a los oriundos de esa tierra hermana de Sevilla.
Hace tiempo tenía unos amigos a los que en Córdoba se presentaba en las reuniones con una frase lapidaria
“Este es mengano, es sevillano… pero es muy buen gente”
Pues sin el “pero” del retintín. Aquí tenemos a Carlos Crivell
Charneco un sevillano del barrio  de Carretería, taurino, cofrade y buena gente, treinta colombinas lo contemplan.
Uno de los proyectos taurinos que cada año absorbe el tiempo taruino  de Carlos es la edición de el anuario Maestranza, un resumen de la temporada, patrocinado por Caja Rural del Sur,  que nació en 1998 como su título parece indicar, para glosar lo acontecido en la temporada de la Real Maestranza de Caballería de  Sevilla Pues en ese anuario poco a poco ha ido incluyendo plazas y festejos de la Andalucía Occidental empezando como no podía ser menos por lo que sucede en esa Princesa, como bautizo el pregonero Manuel Jesús Montes, La Merced en Huelva en Colombinas, feria que viene cubriendo Crivell sin interrupción desde a reinauguración de la vieja Plaza tal día como del año 84. Treinta años no es nada
Carlos Crivell escribe desde hace tiempo en un periódico, ha pasado por Diario de Sevilla, Diario 16 Abc desde una década lo hace en El Mundo. Habla y ha hablado en radio, COPE, ONDA CERO, Es-radio en la actualidad, edita desde los albores de la red de redes su propio portal taurino en internet, Sevilla Toro, Ha dirigido y presentado un programa de televisión en Onda Giralda. Pero no es periodista. Al menos no es periodista de carrera, aunque a ver quien  me niega que lo es de oficio, sentimiento y de vocación.
Juan Luis del Serranito canta una copla dedicada a esos médicos que según Juncal su única razón para estudiar medicina es “para curar a los toreros”  que tengo metida en la cabeza por alguna extraña razón y que reza
Médicos de profesión
taurinos por vocación
Pues Don Carlos Crivell Charneco es médico de profesión, médico de aparato digestivo, y sigue con esa vieja tradición de unir las pasiones por la medicina y tauromaquia en un solo corazón y unas solas manos, las mismas que sirven para curar, las mismas que sirven para escribir de tauromaquia,  esa vieja ciencia ibérica que es una continua cura de humildad, como la medicina, como la vida. Famosos médicos ha tenido la historia apasionados del toro y de sus artes, médicos que ejercen de revisteros taurinos, como en la actualidad lo hacen Fernando Claramunt, Rafael Cabrera o el propio Crivell.
O como un viejo médico griego por buen nombre Hipocrates que yo creo que hablada del oficio de escribidor de toros cuando dijo aquello de
 “La vida es breve; el arte largo; la ocasión fugaz; la experiencia engañosa; y el juicio difícil”
Para escribir de toros, más allá del siempre beneficioso paso por una universidad, diría yo que hacen falta  un manojo de cualidades: conocimiento, criterio, pasión y literatura.
Conocimiento lo tiene Carlos desde que acompañaba a su padre de la mano a la plaza de toros en esos años en que las cosas se aprenden por osmosis y tradición. No todo el que va mucho a los toros sabe de toros, como me dijo Pablo Lozano “esto del toro o te entra en la cabeza un día, o te llevas toda la vida y no te enteras”. Pues a Carlos Crivell le entró y por eso es una referencia que al aficionado y al profesional le hacen leer su crónica para saber que ha pasado “De verdad” en la plaza
El criterio que es esa virtud que está preñada de discernimiento e independecnia, esa capacidad para distinguir lo bueno de lo mejor, lo verdadero de lo impostado, el arte del oficio y lo grande de lo mediano, sin nada que te condicione. Ahí es donde Crivell basa sus faenas periodísticas, en saber medir desde el tapio del toro a la actitud del torero en función de lo que tiene delante, la plaza donde se torea y las estructuras de las faenas
Conocimiento, si, criterio, también pero y  ¿La pasión? Me dijo Víctor Mendes que el toro es una “pasión apasionada” La pasión en alguien que escribe de toro es cardinal, pero debe ser siempre una pasión medida, tamizada, que no impida ver la realidad ni atropellar la razón al contar lo sucedido. De esta pasión Carlos Crivell ha dado muestras en los palcos de prensa en alguna ocasión. Todos recordamos haberlo visto tirar su cuaderno de notas durante una faena y exclamar “Eso es torear”. Pero su pasión siempre ha sido medida, yo al menos no lo he visto aún tirar el ordenador portátil en semejantes ocasiones, aunque todo se andará. Cuestión de apasionarse

Y por último, para escribir el instrumento es la literatura, que es el arte de trenzar palabras para explicar hechos, sentimientos y sensaciones. Carlos Crivell lo lleva haciendo de forma magistral, directa, por derecho y sin circunloquios desde hace cuatro décadas. Sin embargo el día que su literatura más me sedujo no fue un día hablando de toros, ni hablando de semana Santa, su otra pasión. Como a los viejos rockeros que triunfan con las baladas, el duro periodista Carlos Crivell me emocionó el día en que le leí un artículo que contaba la peripecia vital de su madre,  nacida en la dureza de Mina de la Concepción e inmigrante interior en la Sevilla de la postguerra.
Os recuerdo un párrafo
“Ha muerto una mujer valiente”. Decía, “Lo fue en su infancia en las minas de Huelva, allá por los años 30 del pasado siglo, cuando la necesidad era acuciante y las ganas de comer se saciaban con un mendrugo de pan y un trozo de tocino. Fue valiente cuando con apenas 12 años vivió el horror de una guerra que le rompió la vida a jirones. Su madre cometió el gravísimo pecado de acercar algo de comida a su marido, resguardado de quienes le buscaban porque era un simple trabajador que defendía los derechos de los suyos frente a los que mandaban. La madre de esa mujer valiente que nos ha dejado no pudo ni dar una explicación al ser sorprendida. Fue rematada de forma cruel en la misma vereda por la que caminaba para llevarle pan a los hambrientos”
Para ser  periodista uno debe antes ser aficionado. Pero antes que nada uno debe ser persona y buena persona. Quien honra a sus mayores de esta forma siempre tendrá el beneficio de la bonhomía.

Bueno Carlos.  Llegó el momento, aunque por cuestión de experiencia me parece que aquí los nervios venían más de mi parte que de la tuya.
Como dijo un viejo torero con ocasión de una ceremonia
Carlos,   Estás en Huelva, la gente te espera, ha venido a oírte torear y a verte salir por la puerta grande.
Tuyo es el toro de la palabra, Suerte


Y a ustedes, hay tenéis al pregonero, es un buen pregonero  

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