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lunes, 23 de junio de 2014

David de Miranda y su carnet de torero

Estaban en el cielo dando futuros carnets profesionales a los que iban a nacer esa noche del 13 de Septiembre del 93.

- A ver tu, niño que vas a nacer en un rato. Tienes cara de listo, pocos escrúpulos y más amor por la polémica que por la verdad. Usted será abogado

- A ver, el de la cabeza gorda. (tu si guapo ¡No le queda nada a tu madre para parirte!) Si tu, pareces cuidadoso y concienzudo, pues nada, ingeniero, como es moderno será ingeniero en "teleco", apunta en su "libreta de tentadero" el responsable celeste de colocar niños en este valle de lágrimas.

- Al baboso que ocupaba la siguiente nube y que miraba inquieto y curioso para todo los lados, criticando ya con balbuceos lo que hacían sus coetáneos le espetó. Tu escribirás de toros, que eres un largón

- Ese con cara de enterado, que parece cachas desde el útero y tiene chulería de sobras. Pues venga tu serás municipal de un pueblo grande, o de una capital mediana, que disfrutes poniendo multas.

Y llega el arcángel que da los carnets y ve al siguiente nasciturus de la lista. Tranquilo en su nube celeste, con mirada limpia y franca, expresión de viveza como el hambre, responde educado cuando se asoma la cara del burócrata celestial, no se inmuta cuando la nube se mueve y casi parece volcarse, y adelanta la mano zurda con temple para colocarse el cordón umbilical.

- Este, este va a ser lo más grande que se puede ser en el mundo; TORERO.

Y ese niño llegó a La Maestranza, una tarde en que empezaba el verano del 14 y decidió que no podía defraudar al arcángel y cuando el del Conde de La Maza que le toco en suerte, y que hacía de tercero, se le arranco en el quite, se lo dejo llegar a los medios mismos de la plaza más torera del toreo, con el capote escondido en la espalda, hasta donde sólo pueden hacerlo los elegidos. El arcángel y Sevilla dieron un salto y se taparon los ojos cuando vieron que, al sacar David de Miranda la seda, el burel ya no cambio de trayectoria y se lo llevo por delante levantándole los pies de suelo y haciéndolo estar más cerca del cielo durante tres segundos. Cuando lo vio levantarse sin mirarse y volver a poner el capote en el mismo sitio y rematar el lance con soltura, sonrió mientras que La Maestranza aplaudía y bisbiseaba "vaya con el valor del de Huelva".

Antes había quitado en el toro de Ángulo, sin pestañear y dejando ya su tarjeta de presentación, Luego brindó a su paisano Fernando Cuadri, (de señor a señor) cogió la muleta se fue a los medios y aprovechando lo bruto del novillo, le recetó tres cambiados para luego echarse la muleta a la izquierda y torear sin montar la espada. Torear es un verbo que cuando se conjuga con pureza sólo tiene una acepción: Coger los animales alante, con los pies asentados y en los terrenos del toro, embarcar la embestida, templar mucho y dar salida muy atrás de la cadera. Da igual que el toro sea un bicho y te mire en cada lance con aviesas intenciones, que no todas las series sean cumbre por la condición del enemigo.Pues torear, eso hizo Miranda en cada pase, acompañado ya de la música, sin un enganchón, con mucha emoción y llegada a los tendidos, donde había 500 paisanos, es verdad, pero había 4000 que no lo eran, y que se emocionaron más que sus vecinos, por que les estaba sorprendiendo. Y cuando en las bernadirnas finales, con su banderillero cogido y en la enfermería, volvió a querer hacer pasar el toro por donde más emociona y el del conde se venció dándole una voltereta seca e importante, el arcángel, los de Huelva y los de Sevilla entendieron que el torero era de verdad. Un pena, chasquearon en el cielo cuando pinchó aún conmocionado por el porrazo.


Tafalleras, gaoneras, "mirandinas asaltilleradas", verónicas, El capote de Miranda estuvo variado en las formas y repetido en el fondo, "más cerca, más despacio, más puro" en los quites. Salió el que cerraba plaza, la expectación era máxima, Sevilla quería ver otra vez al torero, que dejó entero al utrero, otra vez a los medios y el silencio de Sevilla se podía oír. El del conde decidió no pelear, embestía con la cara por allí, queriendo irse, reservón y detrás de la mata. Pero entonces Miranda empezó a ponerle la muleta donde los toros no pueden decir "no", debajo del hocico, muy muerta y muy pura y, donde no había nada, el torero saco naturales inmensos, series de dos y el del miedo por que el utrero se paraba, la música arrancó de nuevo en una serie pura a izquierdas y siguió sonando toda la faena. Estocada tras pinchazo, petición no atendida por la presidenta del festejo, la única, o casi, entre el cielo y la tierra que con estos argumentos fue capaz de negar un cacho de carne al oficiante.


Cuando a esta hora en el cielo se pasa revista del día Dios le ha preguntado a su arcangel.
-¿Y el torero de Huelva?
- Bien Señor, bien, se pone en el sitio donde se torea para torear como hay que torear.
- Y los otros dos
- Ay señor Al portugués ya dijimos al nacer que torero no era y Ángulo debe estar de otra forma después de su trayectoria. hay que pedirle más cosas que actitud. Es verdad que los novillos no han ayudado, pero..., ya sabes que no me gusta hablar mal de nadie

Y el cielo cerró sus puertas mirando por una ventanita como Miranda ingresaba en la clínica Quirón, tras desmayarse y sufrir fuertes dolores abdominales.

- Cosas de torero dijo el arcangel.

- De los toreros que quieren ser torero, le corrigió el omnipresente, de los que se dejan matar por un tramo de gloria en La Maestranza. Por cierto, dame el carnet del chaval que se lo voy a firmar, que este ya ha demostrado que es torero y le han cambiado los andares. Este ha dado ya una vuelta al ruedo a La Maestranza

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