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jueves, 17 de abril de 2014

Sevilla en Resurrección y lo que se comenta

Se rumorea, de deja oír por la Sevilla profunda y guasona un rumor muy extendido. El Domingo de Resurrección van a pasar cosas en La Plaza de Toros que no han pasado nunca.

Si se cumple el guión previsto al romper el paseíllo Manuel Escribano y Daniel Luque, se pretende provocar una pañolada para mostrar el desacuerdo contra la empresa Pagés.Doble aspa tendrá ese viento. Por un lado la guerra con los cinco toreros ausentes por decisión propia de Sevilla este 2014 y en segundo término por la calidad y espíritu de los carteles confeccionados por Eduardo Canorea y Ramón Valencia ante la imposibilidad de acartelar a cinco de los más interesantes toreros del escalafón.

Hasta aquí la primera parte del rumor, y hasta aquí, desde la discrepancia de las formas, entendíamos algo. a pesar de que no comprendemos que no se usase la forma más lógica de mostrar el desacuerdo con una empresa de cualquier índole: no comprando su producto. Si no me gusta un restaurante no se me ocurre ir, pedir la comida que se que hay en la carta y después sacar la servilleta en pañolada. Si hago eso es por que quiero hacer daño al explotador de ese negocio. Sin embargo me dicen que si ese el único restaurante de una ciudad, habría que plantearse una acción de este tipo. No estoy en esa línea, pero cada uno hace con sus euros y su pañuelo lo que mejor le place.

Ahora el rumor se amplia y me dicen que hay preparado un efecto sorpresa. Un, aparentemente enfadado espectador, dizque un cómico pagado (y bien pagado) saldrá corriendo por el albero en dirección al burladero  de empresa mientras impreca, insulta, suelta soflamas y estimula la protesta del personal. Por dos conductos me llega el asunto. Si ya nos parece mal la primera medida anunciada sotto voce, esta secretísima actuación se nos aparece dantesca y nos da la impresión de un desatino secular y muy perjudicial para la imagen del toro.

Antis en la puerta, quince, y reventadores en la plaza , ocho. No es la forma

Dejemos las cosas como están, El aficionado que no quiera ir a los toros a Sevilla, opción lícita, justa y hasta creo que inteligente, se puede desplazar hasta Málaga, donde me dicen que todavía quedan algunas entradas para ver a Juli y a Morante mano a mano, con los toros que han elegido cada uno. O se puede venir a las playas de Huelva, que como llueve ni es un plan diríamos que inteligente.. O se puede quedar en el Taquilla tomando Gintonic  y hablando, por supuesto, de toros.

.Yo debo ir a Sevilla por que alguien se me ha adelantado y me ha birlado el viaje a esa belleza mediterranea que es Málaga. No voy con ilusiones, pero tampoco llevo animus injuriadi. Sólo cierto fastidio, que el tiempo y los Miura se encargaran de resolver.

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