Tomás Campos, recuperándose de la cogida de Arnedo, enfila la temporada de su alternativa

No acabo con fortuna el curso del 13 para el torero de Llerena. La cogida de Arnedo le impidió matar el último novillo de su temporada, una temporada que, si todo sale como sueños y esfuerzos indican que debe salir, será la última completa como novillero para dar el salto al escalafón de los matadores de toros durante el año 2014.

Nos lo encontramos tentando en la Extremadura más ganadera, esa que ha ido imponiendo sus primaveras tempranas para la crianza del toro bravo. En "Los Quintos", el hogar de las vacas de Jandilla, casa de ese señor que es Don Borja Domecq.

¿Como evolucionan las lesiones sufridas en Arnedo, después de las complicadas operaciones y tras el reposo a que se ha visto obligado?

Prácticamente recuperado, aún me falta un poco de movimiento en los dedos, a consecuencia de haberme afectado el nervio. Seguro que voy a a estar al cien por cien para empezar la temporada.

¿A pesar de todo, haciendo campo?

 Me es necesario, me gusta sentirme y me debo preparar. Ganaderos como don Borja me llaman y no soy capaz de decir que no, me puede la afición.

¿Como definiría esta temporada que acaba?

Una temporada muy importante, dando la cara en todas las plazas donde me han puesto, resolviendo y creciendo como torero,

¿Y el año 2014, la alternativa?

Sería un sueño. Hemos decidido con mi apoderado que a mitad de temporada, tras torear alguna novillada en plazas de responsabilidad, si todo sale bien, será el momento. 


Y para ese día ¿Los sueños son?
Lo primero es que llegue. Me gustaría una plaza de mi tierra y un cartel con aspectos y nombres que lo hicieran único.

¿Cuales son sus argumentos para ese momento de dar el salto de escalafón?.

Mucha afición, el oficio aprendido, conozco de la dureza y de la belleza de esta profesión, aporto mis triunfos en certámenes y en plazas de primera, los años de escuela...  y, sobre todo  lo demás, muchas ganas de ser torero.