Páginas

viernes, 15 de noviembre de 2013

El Cid habla de su tauromaquia y su trayectoria en el Club Cocherito


El paso de Manuel Jesús 'El Cid' anoche por el prestigioso Club Cocherito de Bilbao, donde participó en uno de los coloquios organizados por esta asociación de aficionados, supuso una interesante incursión en la tauromaquia y la trayectoria de este matador de toros.

El torero fue presentado por el Presidente del Cocherito, Enrique Villegas, y el acto consistió en una entrevista mano a mano con el periodista Íñigo Crespo, que supo tocar los resortes necesarios para que el diestro se abriera y hablara con gran sinceridad de toros y de su profesión.
La charla comenzó analizando el lazo entre Bilbao y El Cid. El torero lo explicó así: "Son dos nombres que están unidos desde 2007, corrida que no considero el punto álgido de mi carrera pero que sí marcó un punto de inflexión. A partir de ese día marqué un listón de poder y de estética y profundidad que resulta muy complicado mantener. A partir de ese momento subió la exigencia hacia mí".
El Cid fijó la clave de su carrera en estos 14 años de alternativa "en la fidelidad a uno mismo y en no haberme aburrido nunca, ni en los momentos buenos ni en los malos", a lo que añadió un aspecto interesante: "Creo que he tenido capacidad de adaptación a las circunstancias y fundamentalmente al toro".
En este sentido, y centrándose en el toro, explicó que "con el tiempo la obligación es responder a las expectativas, pero siempre no se puede porque eso depende mucho del toro, y hoy en día estamos frente a un toro que se mueve mucho pero que no se entrega tanto como se dice".
También hubo tiempo en la hora larga que duró la entrevista para hablar de la gran faena que hizo el torero en la pasada Feria de Otoño de Madrid. El Cid fue muy claro al respecto: "Aquí nada es fruto de la casualidad. Esa faena responde a una evolución personal pero también refleja un esfuerzo de adaptación a las condiciones de los toros". Sobre los comentarios sobre un posible cambio de concepto en esa actuación, el torero de Salteras explicó: "No es un cambio, mi concepto es el que es, el muletazo largo y por abajo. Pero en esa faena el mérito estuvo en torear al toro como este pedía, a su altura".
Y siguió ahondando en su forma de concebir el toreo aunque mostró amplitud de miras: "En el toreo vale todo porque es muy amplio. No considero que la estética esté reñida con el poder. Pero para mí hay una cosa sagrada que es la naturalidad. Delante del toro nunca hay que transmitir sensación de estar forzado".
Muy enriquecedora resultó la forma de explicar el encuentro entre el toro y el hombre en el ruedo: "Delante del toro lo más determinante es la mente, es lo que empuja todo. Cuando la mente está despierta todo resulta más fácil. Cuando no responde, te bloqueas y eso el primero que lo nota es el toro. Es una lucha psicológica: al toro se le gana por la mente".
El Cid se mostró orgulloso de ser sevillano, pero también de que se le considere un torero de Madrid: "Me he hecho en Madrid, pero que a nadie se le olvide que tengo cuatro Puertas del Príncipe", dijo al respecto.
A pregunta de Íñigo Crespo, el Cid aseguró tener todavía en mente la idea de matar seis toros de Victorino en Madrid, y reconoció que una de sus mayores evoluciones en los últimos años se ha producido con el capote: "Cada vez me siento más a gusto toreando a la verónica, que es de las cosas más difíciles que hay".
En la charla hubo tiempo para confesiones más personales, con un recuerdo especial para su padre y un agradecimiento a su esposa por haber entendido las exigencias de su profesión. Y El Cid concluyó hablando de la importancia de que lo que sucede en el ruedo transmita a los tendidos: "Lo que manda en el toreo es la emoción", concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario