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domingo, 20 de octubre de 2013

Sexto y revalida.

A los que somos de la generación del COU nos los contaron, a los estudiantes modernos de la ESO y el bachiller y la selectividad les sonará a chino. Pues eso es lo que había antes, un bachiller culto y un examen de estado para acceder a la universidad o al menos al desempeño de un lustroso puesto de trabajo. Eran pocos lo elegidos como eran pocos lo que llegaban a debutar con caballos y muy escasos los privilegiados que se hacían matadores de toros
Toda ha cambiado, antes un novillero prometedor, que hubiese sido líder del escalafón y con el oficio aprendido daba el salto en un tris y luego, a resolverse la vida y acabar de formarse en corridas de toros. Ahora, como la ESO, donde todos sirven, se pasa el escalafón de sin caballos sin mucho problema, se llega al de los del castoreño y llega el atasco.
Al rubio torero de Espartinas lo hemos visto crecer en esas novilladas televisadas de Canal Sur, se ha hecho torero a fuego lento, ha pasado un año de más en la listas de novilleros y hoy se ha despedido en su pueblo, arropado, con una novillada de tres hierros y buena presencia, que ha presentado dificultades que el novillero ha despachado con solvencia, sin gran brillo, pero dejando la clara  impresión de que tiene aprendido el temario y superaría cualquier examen de estado.
La primera parte del festejo, hasta el tercer novillo. fue más cómoda, el primero noble, el segundo con teclas pero agradecido y el tercero, altón, bruto.exigente y con genio, dejaron ver la mejor versión del curtido novillero. Los tres que cerraban tarde presentaron más complicaciones, todas enfrentadas por Jiménez. El tenor de la actitud lo marca que tras seis utreros, el torero pidió el sobrero de Espartaco y ante el castaño albardado, resolvió para cortar el rabo que culminaba una tarde de siete orejas.
Pues ahora, a este joven universitario, pronto se recibirá de abogado, le queda en el horizonte un alternativa que debe ofrecerle Sevilla en farolillos, aprobados los exámenes, sólo le resta dar el salto hacerse torero. Entonces demostrará las condiciones reales de matador de toros

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