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viernes, 19 de julio de 2013

Diego Ventura y Andrés Romero preparan juntos el reto de Colombinas


Maestro y discípulo torean la de rejones en La Merced el día 4 en presencia de Hermoso de Mendoza.

Siempre ha sido una relación sugerente para el contador de cosas las relaciones entre el maestro y el aprendiz. Siempre existen matices, ribetes de la relación. aspectos de psicología aplicada, del viejo rito de la transmisión cultural del conocimientos, del arcano del secreto invisible para el profano. 
Diego y Andrés no gozan de la diferencia de edad que facilita la falta de competencia prolongada. Son dos hombres jóvenes, de la misma generación, sólo la prematura madurez del hispanoluso, más de tres lustros en el escalafón y siempre llamando a las puertas de los primeros lugares, hacen parecer clásica la relación del maestro con su educando.

Es Diego un hombre exigente consigo mismo. Desde siempre sabemos que Ventura es uno de los paganos de la eterna actualización del déficit de tarifa que nadie sabe explicar pero alguien debe pagar, el rejoneador no tiene horas, nunca las ha tenido , En su picadero, "El Rincón de Diego", los focos permanecen encendidos muchas noches en verano, muchas tardes en invierno, bajar de un caballo y subir a otro en series de 45-50 minutos, como las clases de la facultad. Si un hombre es exigente para si mismo parece que el nivel de exigencia para con un alumno se podría presumir al límite de la intransigencia. No es el caso, Diego exige a Andrés exactamente lo mismo que se exige a si mismo; afición de partida, profesionalidad en el devenir diario y desvergüenza y valor sin cuerpo ante el toro en la plaza.

El alumno también paga el déficit de tarifa, sus horas son las cinco de la mañana en cualquier estación, antes de trabajar ocho horas como cualquier español privilegiado que tiene donde ”echar mano” ya ha montado tres caballos. La sagrada hora de las siesta es la hora de correr y la hora del bucólico atardecer es la hora de rematar la faena hasta la hora bruja. Cosas de las ganas de ser gente en el rejoneo.

El docente pretende que su alumno aprenda cada día. Admira y califica como sobresaliente de Andrés Romero su esfuerzo diario, de matrñicula su humildad para recibir consejos, cum laude su capacidad para asimilar los conocimientos. En la libreta de calificaciones, que se dan en esta especial escuela casi a diario, Diego Ventura hace hincapié en la “mala uva” necesaria, en las arrebatadoras ganas de ser el mejor. No deja de marcar con un  “necesita mejorar”, en la plaza, en no dejarse ganar la batalla por nadie y en ningún lugar, somos artistas y debemos hacer que el público, el que paga 50 o 60 euros, se divierta y quede con ganas de volver que haga proselitismo, hay que darle lo mejor que tenemos dentro siempre y hacerles saber que se lo estamos dando” Vemos a Juli a cualquiera de los de arriba, que no se dejan pisar por nadie, Andrés es tan buen agente que le cuesta, yo soy amigo de Cartagena, pero en la plaza como puedo le mojo la oreja, Andrés es mi amigo, no torea por eso, torea porque es un pedazo de rejoneador que está en el momento de dar el salto, quiero que triunfe, pero a caballo y en una plaza de toros, siempre le querré ganar la batalla”


Además el reto es Huelva, donde si para Diego es especial ,”yo quiero a Huelva, porque me valora, es una plaza que me hace dar más del ciento por ciento de mis mismo”. Y para Andrés es importante una plaza como Huelva,  su tierra, su gente un plaza donde el año pasado dio un aldabonzao importante que ha dado argumentos para repetirlo.
La vieja usanza gremial estableció desde siempre la figura de aprendiz, que se criaba al lado del maestro, vivía con él, le servía 24 horas a cambio de un plato de la olla casera y un sitio donde dormir y aprender el oficio. En el toro esa figura ha existido siempre con someras diferencias. Siempre ha habido figuras consagradas que amparaban a jóvenes promesas. Esa figura de cara al público y en la plaza vestido de torero se ha llamado siempre sobresaliente. Las modernidades y esa manía que existe en el toro de desvirtuar  lo ancestral si no se considera “estético” han acabado con el prestigio de la esta figura, Ahora el que actúa como sobresaliente en las corridas a pie es un hombre que busca los boletines que le faltan en busca del paro o la jubilación. Diego se rebela “la competencia es fundamental, los que tenemos suerte y la vida nos ha puesto arriba debemos cuidarlo, a mi me ha pasado que me han cerrado los caminos, eso es de mediocres, las figuras debemos amparar a los que empiezan, es bueno para todos” Ya el año pasado Diego impuso el nombre de Romero para ocupar esta figura, pero volviendo al meritorio, al aspirante que espera su oportunidad. El de Escacena la aprovechó y surgió luego la ocasión de la Maestranza y otra vez volvió dejar su tarjeta de visita en el bolsillo de Pagés, Hace una semana en Estepona formaron un alboroto junto a Palha, otro aprendiz del chaman de los caballos, este por la parte más lusitana, en una corrida distinta (mano a mano con Padilla) con resultado de seis orejas y un rabo “Formamos un lío en banderillas entre los tres, el carrusel fue espectacular, estas cosas hacen falta para la fiesta, el empresario quiere repetir”

Las cartas están repartidas, los carteles en la calle, la ilusión en los corazones “Andrés sabe todo lo que tiene que saber, lo sabe hacer delante de la cara del toro, está placeado, ahora sólo queda que en Huelva, en el Puerto, En Huesca le salga el toro y él desarrollé todo lo que tiene dentro, pero que se ate los machos que yo voy por los dos rabos, que Huelva es Huelva y yo voy a por todas
El alumno mira y sonríe, es la parte calma de la collera, tiene en lamirada el brillo de los hombres que tienen un plan “ mi único plan es triunfar, llevo muchos años toreando en pueblos, mi familia ha hecho un esfuerzo tremendo.. El año pasado toree 31 tarde y salí a hombros las mismas que toreé, 31, Ahora me asomo a las capitales y no quiero ver pasar la oportunidad, quiero dar el salto y este año lo estoy rozando” 

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