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domingo, 19 de mayo de 2013

Se hace camino al andar....



Desde luego es cierto que "se hace camino al andar"; lo que ocurre es que el camino que esta tarde eligió Talavante no llegaba a ninguna parte.
Ha sido una verdadera  pena por tres razones:
1). Desde luego, los toros de Victorino Martín no han respondido a lo esperado, ni en presentación, ni en juego. Siempre se ha creído que un “victorino” descastado es un imposible. Pues no, los hay, como se ha comprobado hoy. Ni una “alimaña”, pero ni uno verdaderamente bravo. Ni siquiera tuvieron la presentación habitual en esta Casa, algo que a la postre acabará por perjudicar al torero cuando se cuente la historia de esta tarde.
2). La climatología no ha acompañado: si en el tendido hacia frío de bufanda y abrigo, en el ruedo aquello era un vendaval continuo, con los capotes volando como si fueran de papel de furmar. En este contexto, el torero eligió siempre los medios. Un detalle generoso, pero contrario a la lógica.
3). Alejandro Talavante no ha estado metido en la corrida. Ausente y como superado por el ambiente en sus dos primeros toros, se vino arriba con el 3º y a partir de ahí todo fue  vertiginosamente cuesta abajo. Que el toreo se pueda hacer mejor o peor depende mucho del enemigo que se tenga delante. Pero sólo del torero depende que la corrida se lidie con orden, con sosiego, con buen sentido; esta tarde, sencillamente, la lidia no existió. Y eso los toros también lo acusan.

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