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lunes, 27 de mayo de 2013

Murube, Castilleja, un encaste que no se lleva a pié visto por Salvador Gimenez

28 de mayo de 1967. Antonio Ordoñez cincela una obra de arte en Los Califas. El maestro de Ronda sienta cátedra ante “Boticario” de Carlos Urquijo en el nuevo coso cordobés. El rondeño era un habitual al encaste de Murube, tanto es así que en 1980 se hace con la ganadería y derechos de la ganadería de Urquijo. Murube siempre fue una sangre a la que las figuras no hicieron ascos. Desde Joselito a Ordoñez fueron muchos los que escribieron páginas de oro en la historia del toreo. Hoy el toro de este encaste, grande, cari foscos, de perfil acarnerado y de capa predominante negra, sigue gozando de gran cotización. Ya no son los primeros espadas del toreo a píe, ahora se los rifan las primeras espuelas del escalafón de rejoneadores. No fallan y su galope, como los de La Castilleja en Córdoba, es materia prima para la edad de oro por la que atraviesa el arte de don Antonio Cañero.

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