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jueves, 30 de mayo de 2013

Jimenez presenta credenciales ante una buena novillada de Fuente Ymbro


El debutante Miguel  Ángel León da una vuelta al ruedo en el sexto.

La Maestranza, tarde de calor media plaza novillada de abono novillos de Fuenteymbro, excelente 4º y 5º bueno 6º, de correcta presentación  para
Javier Jiménez de turquesa y oro ovación tras aviso y oreja
Vicente Soler de fucsia y oro silencio tras aviso u silencio
Miguel Ángel León de rosa y oro que debutaba con caballos silencio tras aviso y vuelta



Esto del toreo no está para bromas. Aquí todo es muy serio, cada paso cuesta un mundo y cada error es casi insalvable, No vale ya con el “apuntar maneras” de hace unas décadas que se le pedía a un chaval que empezaba, no es suficiente para un novillero con “haber adquirido oficio” en su trayectoria, donde torear una treintena de novilladas supone ser líder de un escalafón muy complicado. Nadie salva a un hombre con aquello tan socorrido de “bullidor”, Ahora se  exige la excelencia de pitón a rabo cada tarde, lo demás no sirve.  Se pide pinta de torero, manejo de los engaños con maestría, valentía a esportones, gusto en los detalles y seguridad con la espada, Si no, no sirve. Es como si pidiéramos a cada chaval que corre los cien metros que bajase de los 9,73 y, si no, no pudiese pisar el tartán de una pista de atletismo.

El nivel de exigencia para los ganaderos es equiparable, hace falta un toro que roce la excelencia,  guapo, con cara rematado, bravo, obediente fijo, y con duración y casta y que además humille y no reponga y exija sin atosigar y… y muchas de la cosas que el cuarto, el quinto y el sexto de la tarde de Gallardo lucieron con profusión en La Maestranza esta tarde. 

Bueno, pues hoy en Sevilla se ha visto a un Jiménez que ronda la alternativa, la debía haber tomado en la pasada feria si no se hubiera descompuesto el cartel a última hora. Se muestra el de Espartinas toda la tarde seguro con los avíos, dispuesto en las formas,  valiente en las decisiones, templado en el toreo y seguro con la espada. Al segundo, magnífico de Gallardo, lo entendió con suficiencia y poder, una lástima que no lo sacará a los medios para formar el lío que, su actitud y la bravura del novillo, merecían. Oreja de ley y otra llamada a las puertas de quien corresponda.

El levantino Soler pone banderillas (¿Quien ha escrito y donde que la música en Sevilla debe sonar a un matador que coge los avivadores de oficio?) se fue a portagayola en ambos toros: lo que toda la vida ha sido un torero bullidor, pongamos que El Soro. Pero luego, remítanse al primer párrafo. Ante el soso segundo poco, pero ante el vendaval quinto, poco más que la voluntad, las ganas y el afán. Poco, muy poco para como está el patio.

León, de Gerena, tierra de muchos toreros, en el callejón lo acompañaba Escribano (manía de la autoridad de quitar a toreros de su sitio cuando están quietos y dejar a mozoespás, ayudas y miles de subalternos a su aire). Pues al de Gerena, que hoy debutaba con los de la gregoriana se le ha visto  gusto, ganas de hacer las cosas bonitas, temple por momentos y buena disposición. Al segundo de su lote, de embestidas largas y profundas, lo entendió por el derecho, conectó con el tendido y perdió la oreja por el uso de la espada.

Ya decíamos, en busca de excelencia, pues la consiguió Ricardo Gallardo, la rozó Jiménez y la esbozó León.  Que les sirva y a barajar.

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