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jueves, 21 de marzo de 2013

Ramón I. Villanueva Sáenz, dicta la conferencia titulada "Ganaderos riojanos en el Madrid ilustrado"


Esta tarde tendrá lugar, en el Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo, una interesante conferencia a cargo de don Ramón I. Villanueva Sáenz, titulada "Ganaderos riojanos en el Madrid ilustrado".
Cartel madrileño de 1774 con la presencia de ganado
de Miguel de Miranda, de Calahorra
(Colección personal)
Villanueva es, sin ninguna duda, el más importante investigador en la historia de la ganadería de casta navarra, tanto en el ámbito navarro como en el riojano, habiendo hecho importantísimas aportaciones a la historia y devenir de una de las más clásicas castas del toro de lidia. Sus muy numerosas aportaciones han dado al traste con la mítica y tradicional sucesión ganadera del tronco navarro, habiendo aclarado el desarrollo de los principales troncos de las míticas vacadas de la ribera del Ebro. Sus estudios sobre los Xímenez de Corella, las ganaderías de Guendulain, Zalduendo, Poyales, Elorz y Bermejo, la de los Díaz y Jiménez de Tejada, la de Lizaso, se unen a la valiosa aportación de Pérez de Laborda (publicada en un libro ya clásico -Tudela, 1980-) sobre sus antepasados o a la modesta aportación personal sobre Guendulaín, convirtiéndole en alguien tan importante para la historia de la tauromaquia en Navarra como Luis del Campo. 


Ganaderos hoy prácticamente desconocidos fueron en el Madrid ilustrado centro de la atención del público asistente. No en vano sus resultados fueron siempre espectaculares en la Villa y Corte, situándose el ganado ribereño en primer lugar en cuanto a resultados prácticos se refiere, medidos, como hemos comentado, especialmente en la suerte de varas. 
En esta ocasión desvelará mucho de los orígenes y sucesión de ganaderías riojanas que estuvieron presentes no sólo en su ámbito natural de influencia (La Rioja, Navarra, Cataluña, País vasco) sino incluso de la propia plaza de la Corte, ya que muchos de ellos se presentaron y lidiaron con cierta asiduidad en Madrid, en tiempos donde la suerte de varas protagonizaba aun el espectáculo taurino.

Cartel madrileño de 1782 con la presencia de toros de Manuel de Orobio, de Alfaro (Colección personal)
Tuvimos la oportunidad de estudiar dichos resultados en dos temporadas diferentes -1791 y 1794- hace años, y las cifras no dan lugar a dudas. Una de las vacadas navarras, que hemos estudiado en detalle, fue la de Guendulain (Rafael Cabrera Bonet, “La antigua y famosa ganadería de Guendulain”; Madrid, Universidad San Pablo CEU, 2003), que lidia en Madrid desde 1775. Nos fijamos, sólo, en los últimos años del siglo XVIII, cuando contamos con datos de sus resultados publicados en el Diario de Madrid (véase Rafael Cabrera Bonet y María Teresa Artigas, “Los Toros en la Prensa madrileña del Siglo XVIII”; Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1991). Para el estudio recurrimos a la importante fuente del Diario de Madrid para conocer cómo se comportaron sus reses (hay crónicas escritas entre la 4ª. corrida de 1793 y el 11º. festejo de 1795) y también a una fuente manuscrita de 1791, conservada en el Archivo de Villa. En 1794 acudieron a la plaza de la Puerta de Alcalá un total de 14 ganaderías: 4 con ganado colmenareño, 4 de casta jijona, 1 navarra -Guendulain-, otra riojana -Severino Pérez y Muro, también con ganado “navarro”-, otra aragonesa -Alonso López de Artieda, de procedencia “navarra”-, y otras 3 castellanas. Guendulain aportó 23 reses, número más que suficiente para que el cálculo sea significativo; Severino Pérez y Muro vendió 18 toros, y López de Artieda llevó otros 23. Los toros que más varas tomaron como promedio fueron los de Guendulain, con una media de 10,86 varas por toro. Sólo seis toros tomaron más de 20 varas por cabeza, de los cuales 3 fueron de Guendulain, uno de los cuales llegó a recibir hasta 26 (en la crónica de este toro, en el último festejo de temporada, se dice: “el tercer toro, a la tercera vara, hizo caer al caballo de Padilla, quien estuvo en peligro; entró el toro a 26 varas y a todas tocó o hirió los caballos, menos a dos de ellas”, buena prueba de la codicia y bravura de la res, y que desmiente aquello de que eran simples refilonazos). En 1795 sólo llevó 6 toros; y los resultados de tan exigua muestra no son tan buenos como los de la temporada anterior (la media de varas por toro, baja a 7,66 varas/toro, lugar intermedio en la temporada antecedente). Y así se mantuvo la vacada hasta bien entrada la cuarta década del XIX, con datos incontrovertibles. Para comparar estos datos con algunos de otras vacadas, en estos mismos años, bastará con echar un vistazo a los resultados de 1794, y a los que pudimos encontrar en 1791, referidos también a la plaza de Madrid (Rafael Cabrera Bonet, “Toros y puyazos en 1791” en Diego Ruiz Morales y Rafael Cabrera Bonet, “Papeles de Toros 2. Sus libros. Su historia”; Madrid, UBT, 1992; págs. 85-98). Los resumimos en el siguiente cuadro:


Ganadería (número de toros)
Media varas/toro 1791*
Media varas/toro 1794
Francisco Javier Guendulain (23)

10,86
Manuel García Briceño (8)

9,75
Severino Pérez y Muro (18)

9,55
Diego de Aragón (8)
9,3

Marquesa de Tous (7)
9,2

Juan Becquer (10)
9,2

Álvaro Muñoz y Teruel (31)

8,83
Conde de Vistahermosa (11)
8,7

Benito de Ulloa (9)
8,3

Hermenegildo Díaz Hidalgo (14/3)
8,2
6,66
Fernando Segura (7)

8,0
Alonso López de Artieda (22)

7,9
Agustín Díaz de Castro (25)

7,72
Antonio Hernán García (9)

7,22
María Vela España (19)

7,05
Gonzalo Ortega y Patiño (11)

6,91
Miguel Gijón o José Gijón(44/45)
6,6
9,0
Manuel Aleas (8)

6,25
* De 1791 sólo contamos con estos datos para 9 de los 16 festejos; de dichas 9 corridas, hemos escogido sólo las ganaderías que presentaron más de 7 toros.
Moncho Villanueva, aportará muchísimos otros más datos de interés sobre estos precursores del ganado bravo, aclarando la historia de linajes ganaderos como el de los Miranda, Orobio, Ibarnavarro o Pérez y Muro, sin duda varios de los ganaderos y familias más importantes del sector en La Rioja, precisamente en el siglo de las luces. Siglo donde se originan las definitivas ramas de las que aun cuelgan como frutos maduros -y a veces pasados- las ganaderías de la actualidad. 

Cartel de 1788 en la Villa y Corte, quizá con el ganadero riojano más importante del momento, Severino Pérez y Muro, de Autol (Colección personal)
Como siempre les recordamos que Las conferencias se celebrarán en el Aula Magna de la Facultad de Derecho (Julián Romea, 22; Edificio Biblioteca),a las 19.30 horas, y que la entrada es libre y gratuita.

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