Leccion de Juli la de hoy en Sevilla, ante dos buenos y
exigentes toros de Garcigrande y Domingo Hernández, el madrileño abrió la Puerta del Príncipe de
la verdad torera. Desde su paso al frente para irse a la puerta de los miedos,
en ambos toros, se vio la disposición del macho alfa del toreo. Al primero lo cuajó a base de toques magistrales
en las series, la muleta a ras de suelo, siempre en la cara del toro, siempre
tirando de él en un ejercicio de temple infinito. La estocada pudo no caer en
el sitio, cuestión de milímetros, pero la impresión fue la mejor.
La lección de poder del segundo fue de escuela de toreros,
desde la nueva visita a la puerta del valor, un quite donde hubo dos verónicas
en que Juli toreó con todo, con la historia del toreo a cuestas, con medio
capote por el albero, con las plantas asentadas y el alma en los vuelos de la
suerte cargada. Luego, a pesar de la
cornada al Niño de Leganés, cumbre de una forma de entender la necesidad vital
de ser figura. Luego con la muleta el lío fue enorme, siempre abrumando al
toro, muleta por todos los lados, siempre plana, tras de cada muletazo el
siguiente engarzado, el toro exigente por abajo, faena de mucha versad, con la bamba arrastrando por
el albero de Sevilla. La plaza rompió en el clamor de “torero, torero” para quien
manda en esto, pero las palmas por bulerías suenan cuando las cosas llegan al
corazón de la vieja Hispalis, y ahí llegaron los adornos, la verdad y la
entrega de un torero de época. Puerta del Príncipe de una figura que pide su
sitio en el olimpo de los que han sido gente grande en esto de hacer arte
delante de un toro.
Morante se las vio con el único Juan Pedro (hierro Parladé)
del encierro. No le gustó desde los enganchones de recibo, salió a lidiarlo con
la espada de verdad y lo finiquitó en cuanto pudo. Al cuarto le endosó hondas
verónicas de recibo y luego quitócon gustó, En la faena de muleta el toro se
vino muy abajo y sólo algún muletazo
suelto tuvo importancia.
Manzanares ha toreado con gusto a sus dos toros, con
su peculiar forma de ejecutar las suertes, logrando faenas en ambos toros de
tandas importantes. Quizá no fue su mejor tarde, ante el lote de menor
presencia y al que hubo de ahormar en dos faenas largas, pausadas, de mucha
estética . El fallo a espadas le i
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