No comenzó nada mal la noche. Unas 150 personas. Asisten Autoridades locales, Peñas hermanas, profesionales del mundo de toro, ganaderos, medios de comunicación, y buenos aficionados de la Provincia. Y entre los asistentes más de 50 niños de entre 6 y 14 años que probablemente hayan tenido su primer contacto con el mundo del toro. Y eso llena de orgullo a los promotores del V Ciclo Cultural Taurino de Palos de la Frontera. Pensaron los organizadores realizar la entrega de premios del I Concurso Infantil de Dibujo y Pintura Taurina con antelación al acto principal de la noche (la charla coloquio con Tomás Campuzano y Paco Guerrero), con el objetivo de que una vez recogidos los mismos, se quedaran los aficionados más cabales y no hubiera en el salón de actos el habitual murmullo que generan los niños. Pero para sorpresa de todos, los niños, una vez recibidos sus obsequios (por gentileza de Taurina de Buendía), se quedaron todos en sus asientos demostrando un saber estar y un saber escuchar que muchos adultos quisieran para sí mismos. Por esto nada más, podemos catalogar este acto como un extraordinario triunfo.
Pero si a esto le unimos además, que quedaba por delante una interesantísima conversación de toros, la noche se convertía en redonda. Magistralmente conducido por un hombre del toro como es Paco Guerrero, curtido en mil batallas, y que hizo que desde el inicio hasta el fin el protagonista de la noche estuviera como en su casa, se llevó a cabo una extraordinaria lección de toreo, de humildad, de sinceridad, de personalidad y de seriedad por parte de un hombre que dejó su rebaño de ovejas para hacerse Torero siguiendo los pasos de su hermano José Antonio. Nos deleitó con historias de su época dorada, en la que se sentía orgulloso de que le catalogaran como Torero poderoso. Tomás habló de la importancia de lidiar un toro desde que sale por la puerta de chiqueros hasta que muere, en contra de lo que muchos Toreros actuales llevan a cabo sin darle importancia a los tercios anteriores al de muleta. También nos expresó su opinión sobre la diferencia entre el ganado que se lidia en las plazas del norte y los del sur, argumentando que no por más kilos y más pitones el toro va a salir mejor. Como mejores características de un toro para el triunfo, destacó la raza, la movilidad, la repetición y el trapío para que se le de importancia a lo que se le está haciendo. Ya en el terrero más personal, nos habló de las “Ganaderías duras” a las que se había enfrentado a los largo de su carrera (Pablo Romero, Victorino, Prieto de la Cal, etc.), pero por diferentes de todas ellas, destaca al ganado de Miura, por su manera de envestir, por inteligentes, llegando a ser “casi racionales”, y por desarrollar el aprendizaje de una manera muy rápida. Muchos más aspectos del presente y futuro de la fiesta trató este Torero que fue figura del Torero, y que demostró serlo dentro y fuera de la plaza, dejando al público asistente expectante en cada una de las anécdotas y experiencias que contaba.
En definitiva, una noche para recordar en la que triunfaron sobre todo los niños, y en las que un gran Torero dejó constancia una vez más porque a ellos les llamamos Maestros.
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